Extraño anime basado en el manga de Yoshio Sawai, que viene a ser una parodia del shonen en general, con un esquema argumental parecido al de "Pokemon" (1997-sigue vigente con más de 900 capítulos, qué bestias), todo ello mezclado de un modo totalmente entregado a lo ridículo, delirante y disparatado. De hecho, hay que tener cuidado cuando uno se pone a ver "Bobobo". Los primeros capítulos te dejan una sensación malísima, como si estuvieses viendo la mayor tomadura de pelo, nunca mejor dicho, de la historia. Casi nada tiene sentido y lo que es peor, alguna gracia. Sin embargo, la cosa empieza a mejorar hacia el capítulo 22 y a partir de ese momento nos deslizamos por un hilarante viaje en el que las risas están aseguradas. El cambio es notable porque se corrigen. Parece que se dieron cuenta que la mera colección de estupideces no es divertida. El gag tiene que estar insertado dentro de un determinado contexto para que cause efecto. Por ejemplo, si un personaje hace el bobo y el resto lo ve normal, entonces no es gracioso porque no se percibe como anómalo. Si os fijáis, más adelante hasta Bobobo por no decir el resto de personajes, se asombran y hasta se recriminan las tonterías que hacen. Por cierto, que al final el dibujo animado se ha quedado en 76 episodios, dejándonos con una trama inconclusa porque se ve que en Japón protestaron porque no era un producto para los niños. Yo diría que sí lo es, por ejemplo no hay nada sexual, ni realmente violento, ni "inmoral", pero aunque sí lo fuera podrían haberlo pasado a un horario más adecuado, ya les vale.

Todos los personajes tienen sus momentos desternillantes, por ejemplo, así a bote pronto recuerdo, el guerrero Dengakuman (¿capítulo 60?), las apariciones de Destapeman, la ciudad de Pr de Heppokomaru, el "¡no me rayes!" de Bobobo, "es que soy idiota" de Don Patch y hasta las constantes correcciones o exclamaciones de sorpresa de Beauty, que veo que alguno le tiene manía pero que es un personaje que funciona muy bien porque le da realismo. Pero por encima de todos, el que nos deja los mejores sketchs es Tennosuke, con pañuelo Nu o sin él. "A mí que", diría. De hecho, desde que se integra en el grupo la serie gana varios puntos. Y ya que estamos hablando del casting, hubiera deseado más presencia del elemento femenino buenorro, tipo Denbo-chan, que es mona y vaya traje y botas que lleva, mas sus orígenes te echan para atrás, que no peleara pero que participase en los teatrillos que se montan. Y ya que estamos con esto, mención especial para las "villanas" de la serie, Rem, las ayudantes de Giga y las dos chicas en traje de baño que están con Combat Blue. Y con ellas llegamos al título de mi crítica. Este mensaje absurdo en realidad es aparente no sólo porque está sometido a cierta lógica del combate sino porque Bobobo, que es un caballero, actúa bajo unas normas morales tan claras como sexistas. La serie dice que, por ejemplo, a las chicas, incluso a las "malas", no sólo no se les pega sino que hay que protegerlas para que no les hagan daño. Es más, defiende que las mujeres no pueden ser malas, a lo sumo se equivocan pero se las perdona y punto.