Eso mismo cantaban los Chungitos. Claro que lo que me sabe a poco a mí es "Smoke", película hecha a retazos, con el tabaco como hilo conductor. Historias cruzadas, personajes con trasfondo, grandísimas actuaciones, especialmente de Harvey Keitel y William Hurt y un tono intimista, todo mezclado de un modo correcto, aunque quizá algo frío. A su favor tiene además que los diversos relatos se acaban conjuntando de una forma brillante, en un bonito final. Pero en su contra tiene el resto. No diría tanto, como algún amigo apunta, que algunas de estas historias se cierran en falso, sino que en conjunto me resultan irrelevantes. Después de todo, ¿qué hemos visto? ¿qué hemos aprendido? ¿qué es lo que nos cuenta Wayne Wang? Al final, lo narrado se diluye como el humo de los cigarros.

Admito que sobre sensibilidades y gustos, cada uno tiene el suyo, y habrá a quién le apasione "Smoke", a tenor de las críticas y la nota que recibe esta película. Sin embargo, a un servidor no le ha cautivado, ni mucho menos. Se deja ver porqué está bien hecha y está bien contada pero de ahí no pasa. Igualmente, el personaje de Rashid Cole (Harold Perrineau Jr.) me parece que desentona ligeramente en el conjunto de "Smoke". Su trama no deja de ser convencional en comparación con los dos protagonistas principales. Eso sí, la historia final que Auggie (Harvey Keitel) le cuenta a Paul Benjamin (William Hurt) es falsa, cosa de la que alguno no se ha percatado. Observad como se ha compuesto con sus vivencias propias y la de sus amigos. O al menos eso me ha parecido a mí.