Mel Gibson, siempre polémico, propina una patada en el estómago, o un poco más abajo, a toda la progresía mundial con "Apocalypto". Para expiar supuestas culpas y complacer al tercermundismo, en occidente hemos fabricado, al menos en los últimos años, una imagen adulterada sobre los pueblos indígenas, siempre retratados como caballeros andantes de gentil trato, inteligencia superior y bondad infinita. Y nos la hemos creído. Luego pasa esto, que nos sacan la realidad más exacta sobre los pueblos precolombinos y la gente dice que es falso. Claro, teniendo como manuales de cabecera a "Pocahontas" (1995), lo que no quita que sea bonita, o "La ruta hacia El Dorado" (2000), ésta es un horror, qué se puede esperar.

¿Por qué la ignorancia es tan atrevida? He leído aberraciones de todo tipo y de tal calibre que no me las puedo creer. Que si los mayas habían desaparecido, ¿os suena el período posclásico?, que si habían abandonado las ciudades, ¿qué tal Chichén Itzá? que no se sabe como se pronunciaban las lenguas mayas ¡pero si aún se hablan! Hay quienes se lían ellos sólo, por ejemplo, diciendo que se emplea el calendario azteca, cuando no sale ninguno. El colmo llega cuando leo que realmente no está probado que los indios realizaran sacrificios humanos y si lo hacían era en la época romana. Pero qué disparates. Os voy a dar un dato. Para la inauguración del templo de Huitzilopochtli en 1486, fueron ejecutadas 70.000 personas.

Cierto, fueron los aztecas, pero por supuesto, los mayas también realizaban estas barbaridades que salen aquí, o por ejemplo, pintaban de azul a sus víctimas. Aunque es verdad, algún error hay, aunque no estoy seguro si de localización. Nadie dice que sea cerca de Veracruz. En todo caso, por ejemplo, también sacrificaban mujeres y niños. Pero bueno, me estoy enrollando más que las persianas. La película, bien, una especie de thriller con acción y drama, pasando de puntillas sobre lo que es la conquista española. No hay que calentarse la cabeza, es simplemente una cinta de acción, con un ataque mortal a una aldea, de inesperado resultado. Aunque con alguna casualidad de más y demasiado Rambo, es estimulante.