Vaya decepción. Cuando vi "Te puede pasar a ti" hace unos cuantos años, aunque no recordaba gran cosa, me parecía entretenida y hasta bella. Pero vista ahora me ha resultado un tanto aburrida y lo peor horriblemente estúpida. Porque una cosa es ser bueno y otra ser tonto. Y la diferencia a veces no se entiende. La clave está no en qué se hace sino porqué se hace. Yo puedo renunciar a un millón de dólares porque es la manera de demostrar que ella te importa más que el dinero ("Una proposición indecente") pero también puedo perder ese millón de dólares porque no "quiero discutir", como es este caso. Entonces eres tonto, no bueno. Claro luego repartimos unas sopas a los pobres y nos quedamos con que son generosos.

En cierta parte de la Biblia, se cuenta la historia de un Rey que prometió a Dios sacrificar al primer ser vivo que saliera a recibirlo en casa, pensando en que fuera un perro como habitualmente hacía, si le daba la victoria en una batalla. Ganó la guerra, pero resultó que en aquella ocasión salió a recibirle su única hija. Moraleja del relato: no prometas lo que no puedas cumplir o que te va a costar hacerlo. Eso es imprudencia y temeridad. Y eso es precisamente lo que hace Charlie Lang que demuestra a lo largo de la película que tiene un persistente complejo de inferioridad que tiene que compensar buscando la aprobación de los demás con un comportamiento que considera correcto. Aunque eso sea aplastar al resto de los mortales.

Por ese motivo Muriel tiene que se caricaturizada de un modo estridente para ocultar que esencialmente tiene razón. Quien en su sano juicio le daría 2 millones de dólares/euros a alguien desconocido por la simple razón que lo has prometido. Pues hijo, eres un estúpido por haberlo prometido. Pero una vez metido la pata de esa manera Charlie sigue demostrando que es un tonto no por no colocar el dinero en lo primero en la vida (lo cual, lógicamente, sería un error) sino porque su limitación, su pequeñez, su mediocridad le impide aprovecharse del dinero, darle un buen uso, salvo regalárselo a los demás. O sea, no sabe lo que hacer con él. Incluso le molesta, no le importa perderlo. Vamos, un desastre.

Yvonne aunque no tan tonta, tampoco sale muy bien parada de la historia. Te llevas dos millones de euros y lo único que te se ocurre es seguir sirviendo cafés en una cafetería. ¿No quería ser actriz? ¿Tampoco sabe lo que hacer con la pasta? En definitiva, la enseñanza que oculta "Te puede pasar a ti" es la misma que se ve en "¡Qué bello es vivir!" y en tantas otras películas: yo soy pobre pero encuentro el amor; tú eres rico pero estás sólo. Una memez. ¿Acaso el dinero impide a las personas amar? ¿Son realmente incompatibles? ¿No será que personajes tan limitados como los de esta cinta no saben compatibilizarlo?