Sí, aquella de Chiquito de la Calzada, porque para reírse qué mejor que un profesional. Claro que hace mucho tiempo que la vi así que es posible que sea más mala de lo que recuerdo. Sea como fuere, este duelo de cine de terror clásico lo acaba ganando "La momia" (1932), por más que se la critica por ser una mera copia de esta "Drácula" (1931). Más o menos las dos están cortadas por la misma medida pero la gran ventaja de la primera es que desconocemos la trama mientras que la segunda es de sobra conocida por la novela de Bram Stoker o las diversiones versiones del mito, desde los Nosferatus de 1922 y 1979 a la inmortal de 1992 de Coppola, al que alguno en el colmo del delirio, pone por debajo de ésta. Seguro que lo ha hipnotizado éste Drácula.

Es verdad que la película tiene el encanto de lo añejo pero si nos reponemos de este reverente respeto teñido de nostalgia por los grandes clásicos descubriremos un trabajo bastante burdo, falto de ritmo o intriga. Se nota para mal que estamos saliendo justamente del cine mudo y parece ser que Tod Browning no se ha enterado de la nueva forma de rodar. Otro que tampoco sabe de qué va la cosa es Bela Lugosi, cuyos gestos y miradas son, lo siento por él, ridículas. Entrando en lo que es la trama, aunque sigue más o menos el texto original, acaba descarrilando en una serie de giros infantiles y un final acelerado. Por ejemplo, de Lucy directamente se olvidan, Renfield se vuelve pesadísimo con sus apariciones y John Harker queda como un tonto.