Esta fue la sorpresa televisiva de la temporada. Yo mismo la dejé pasar en su momento como una ficción de bajo presupuesto de Telecinco pero una vez que le he dado una oportunidad me ha resultado una grata sorpresa. Para empezar, me esperaba una serie más o menos soez, lo normal en la ficción nacional y en esa cadena, pero ha resultado ser apta para ver en familia. En cualquier caso, sólo dos temporadas, de diez y dieciséis capítulos cada una, separadas por más de un año y alguna que otra incidencia. Es posible que la segunda temporada sea algo inferior pero tampoco demasiado, lo que no explica la caída en audiencias, se pasó del 21,2% de cuota de pantalla al 13,0%, que se debería a la demora de su reanudación, cambios de horarios y otras cuestiones de marketing.

El caso es que "Chiringuito de Pepe" es una comedia con un punto dramático y otro romántico con sus cosas buenas y malas, por ejemplo los personajes pueden pecar de tontos en demasiadas ocasiones o ese final con una muerte completamente innecesaria, sin muchos alardes técnicos pero sí con cierta personalidad. Se supone que es una sátira de la alta cocina pero tampoco está muy claro, aunque entre nosotros, a mí es que siempre que veía esos platos combinados con croquetones, patatas fritas, calamares, empanadas, mondongo, ensaladilla rusa y no sé qué más manjares me entraban unas ganas de hincarle el diente. Al contrario que con las porquerías del "gran" Sergi Roca (Santi Millán), con su "manimalismos", deconstucciones y demás zarandajas culinarias.

En realidad el plato fuerte de esta serie es por el lado humorístico, sustentado por un trípode de tres patas que son Jesús Bonilla, El Langui y una tercera más disputada entre Dafne Ferández, Begoña Maestre y algún secundario más hasta que se hace con ella Joaquín Núñez, "El Pocero". Ellos son los que te hacen reír básicamente. En cambio por lo romántico las historias son feas o no van a ningún lado, es que prefería que Mati (Dafne Fernández) se fuera a Londres antes de que la emparejaran con semejantes garrulos, es que los Leal son buenos pero memos, o prepotentes. Hay momentos de Mati con Santi que se roza la violencia de género, en serio, mándalo a paseo de una vez ya. Porque esa es otra, Santi es que cae mal y eso juega en contra del producto.

Como adivinaréis, mi principal motivo para ver esta serie es la bella Dafne Fernández, "la chefa", que, atención, a veces no se podía aguantar la risa ante las tonterías de Bonilla o El Langui. Claro que para momentos, hay uno que es completamente histórico protagonizado por Oli (Andrea Rodríguez, a ver cómo creces), que es una niña muy buena, muy monilla y que tiene una forma de hablar superdulce, con la que acaba de conquistarte. Pues resulta que además de darle palos a la cocina moderna se destapa como una ultrareaccionaria en el capítulo 5, al quedar horrorizada ante la Revolución Francesa y sus decapitaciones en masa. "No imaginaba que hubiera gente capaz de hacer algo así", dice. Pues sí, las hay así de malas y se llaman liberales o izquierdistas. Eres mi ídolo, Oli.