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3
Serie de TV. Drama Serie de TV (2010-2015). 6 temporadas. 52 episodios. Ambientada en 1912, en una mansión de la campiña inglesa y abarcando un periodo que cubre desde la Primera Guerra Mundial hasta el comienzo de los años 20, Downton Abbey narra la historia de una complicada comunidad. La casa ha sido durante generaciones el hogar de la aristocrática familia Crawley, pero también donde sus sirvientes viven, hacen sus planes y sueñan. Algunos son fieles ... [+]
2 de agosto de 2016
7 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, el usuario Skynet vuelve a insistir en su política cobarde y mezquina de mandar mensajes a los demás, me consta que no soy el único en recibirlos, para criticarlos pero luego no admite respuestas por el sencillo procedimiento de tener el buzón cerrado o estar bloqueado. La primera vez no dije su nombre pero como ha vuelto a tropezar en la misma piedra, lo tengo que denunciar públicamente. Skynet, ya te vale. ¿Qué te pasa? Si quieres dialogar permite que te respondan. De lo contrario, sólo emitirás bramidos, me temo que fruto de tu propia ignorancia, mala educación e inseguridad. Porque el que evita la réplica es el que se sabe inferior y de ahí que ponga trabas. Así que rectifica o si no déjanos, a mí y a otros usuarios de esta página, en paz.

Dicho esto, vamos con "Downton Abbey", una ficción de época británica que se ha convertido más o menos en sinónimo de calidad, avalada por las críticas positivas, Emmys, BAFTAS y algunos premios más. Es cierto que la serie tiene un buen acabado, una notable ambientación y un estilo depurado en el que nunca vamos a encontrar una vulgaridad o un anacronismo. Se trata de una recreación histórica muy al estilo de "Arriba y Abajo" (1971-1975), es decir, muy británica, en la que se narra las vicisitudes de los señores, los Crawley, y sus criados, entre 1912 y 1924, alrededor del palacio este de Downton Abbey. De entrada tiene muy buena pinta, por ejemplo, ya he dicho que esta época me gusta mucho, pero en conjunto ha supuesto una gran decepción.

Aclaro que de las seis temporadas sólo he visto las tres primeras, que además parece que son las mejores, precisamente por la rabia que me produjo en general y en particular un giro de uno de sus capítulos. Pero se ve que no he sido el único en despedir por la puerta de atrás a los Crawley y compañía pues las audiencias, al menos en España, han caído en picado: si la primera temporada casi llegó al 15 % de share, el 14,8 %, la segunda bajó hasta el 10,9 % y la tercera hasta un pobre 8,3 %. Tal fue la zozobra que la Antena 3 dejó de emitirla para pasarla por el canal NOVA, donde como mucho ha alcanzado un mísero 2,2 %. La explicación a este varapalo está en que el público esperaba mucho más de esta ficción, que al final se queda en nada.

El fallo no está en querer retratar el mundo de los ricos con poco o ningún sentido crítico, cosa que a muchos les ha molestado. No se trata de un drama social, sino uno romántico, que trata de transmitir glamour, así lo he entendido yo. Es decir, no toca ver a obreros protestando, sino a elegantes damas y caballeros, con sus problemas específicos, en un contexto aristocrático. No, lo malo de "Downton Abbey" es que es blanda, sus historias son pobres y sus romances poco atinados. Otro defecto y grave es que va con unas prisas enormes. Hay tramas complejas que duran un capítulo y la primera guerra mundial se salda casi en ¡tres capítulos! Todo ello hace que sea trivial, fría, previsible y sosa.

En realidad es como si llevara un rígido corsé que maniatara las tramas y a los personajes. El espectador espera que se rompa, cosa que sólo ocurre en unos pocos segundos, como cuando Matthew (Dan Stevens) rescata a Sybil (Jessica Brown Findlay) en la taberna, puede que el mejor momento de la serie. Yo es que apostaba con todas mis fuerzas por esta pareja. Pero no, el corsé sigue ahí para no salirse de lo políticamente correcto, lo "adecuado" y la contención emocional, evitando de paso toda pasión o morbo. Por ejemplo, al actor masculino más atractivo, Rob James-Collier, es decir, el mayordomo Thomas Barrow, lo neutralizan desde el principio haciéndolo gay, con la tensión sexual que daría con una casa llena de doncellas, por no hablar de las hijas.

Y hablando de estas, mi favorita es con enorme diferencia la pequeña, Lady Sybil ¿su nombre vendrá como símbolo de la novela homónima de Disraeli de 1845?, no sólo la más bella, aquí lo tiene fácil, si no la más simpática, dulce y buena. En fin, es un encanto. Ahora bien, estos malandrines la castigan con una historia romántica asquerosa, juntándola con un tipo que es un símbolo de lo más radical, es decir, lo peor: pobre, nacionalista irlandés, antiimperialista y comunista, el tipejo llegó a justificar el asesinato del zar y su familia. Pero si ya teníamos bastante con esto van y.... (SPOILER). Hasta aquí hemos llegado. El resto de "Downton Abbey" lo vais a ver vosotros, Julian Fellowes y compañía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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