Aquí tenemos una película que divide a las opiniones, unos a favor y otros en contra. Incluso, según le ha pasado a Carlos Boyero, una misma persona se encuentra fracturada entre un recuerdo idealizado y una realidad más prosaica. En mi caso, la duda estaba más bien si en verla o no, porque tampoco es que me apeteciera, a mí el surf ni fu ni fa. Sin embargo había una razón poderosísima. Que en la serie de "Kimagure Orange Road" (1987-1991), concretamente en el playero capítulo 18, se homenajea o al menos se le hace un par de guiños clarísimos a la presente, uniéndose así a un puñado de títulos del séptimo arte que también dejaron su huella en estos míticos dibujos animados. De hecho, la ola final se iba a llamar "El gran miércoles" pero para no caer en plagio la bautizaron como "El gran lunes". Además el final es, a ver cómo lo digo... (SPOILER).

Entrando en el tema, el largometraje trata de ser una obra generacional y juvenil, extendiéndose desde 1962 a 1974, pasando por 1965 y 1968, entre el surf y la guerra de Vietnam. En realidad, vendría a ser como un cruce entre "American Graffiti" (1973) y "K-ON!" (2009) pero le falta la poesía de la primera y la ternura de la segunda. El problema que tiene "El gran miércoles" es que no sabe a dónde va. Es cierto que hay momentos en el que puedes sospechar que es un trabajo aceptable pero a continuación vuelve a dar otro bajón. Es decir, no hay unidad, ni criterio, no se profundiza en nada, aparecen personajes de improviso que de inmediato desaparecen, situaciones que dan para mucho, por ejemplo el embarazo de la chica, que se ignoran por completo. Mal hecha aunque con buena intención. Me quedo con Kimagure. Por cierto, que Lee Purcell es monísima.