Ésta, como la mayoría de las series españoles, incurre en el mismo fallo. Tienen un bonito argumento, empiezan bien pero luego pierden el norte. Seguramente se debe a que para asegurarse en caso de fracaso sólo tienen en mente unos pocos capítulos. Luego, sí tienen éxito, les van añadiendo tramas y temporadas. El sistema puede ser seguro desde el punto de vista de las productoras pero para el espectador puede llegar a ser una tomadura de pelo. De este modo al final les sale un galimatías en el que nada tiene sentido. En esta línea el “Barco” se lleva la palma pero como digo el efecto es común a la mayoría de la ficción nacional. A veces es el éxito lo que lleva a alargar la serie como sucedió con “El internado” que nos dejó siete temporadas, lo cual es más disculpable. En el caso que nos ocupa, no lo es, porque han dado el cierre con sólo dos temporadas. ¿Tan mal planteada estaba como para tener que improvisar de este modo?

Sea como fuere “Luna, el Misterio de Calenda” empezó de un modo prometedor. Una intriga policial de tinte fantástico en un apartado pueblo de ¿Galicia? Además, el hombre lobo, lo que le daba un punto de terror a la serie. Confieso que me enganché a "Luna..." con unas semanas de retraso porque me dijeron que no era simplemente policial, sino que había algo raro. Y así era. Claro que como decían los antiguos griegos, ahora no recuerdo bien que autor, hay que esperar a la muerte de un hombre para saber si su vida ha sido dichosa o no. Pues lo mismo con una serie, hay que ver como acaba antes de valorarla. En este caso, el argumento se lía, empieza a mimetizarse con “Crepúsculo”, “Los Serrano” y “El Internado” y a falta de otra cosa mejor, proliferan los sucesos extraños a los que no se le acaba dando explicación o ésta es claramente insuficiente. A la postre el desenlace es flojo precipitado y a todas luces, decepcionante.