Residencia para señoritas de dudosa moralidad o de familias de mala reputación. Lugar, algún punto de Francia, aislado en medio del campo. Época, por la moda, mediados de la década de 1890. Edades de las alumnas, de 15 a 21 años. Programa, la educación más exigente y la disciplina más estricta. Pago, por adelantado para cada semestre. Ingreso, en cualquier momento del curso. Salida, nunca. He aquí la ficha de esta excelente obra, basada en un relato original de Juan Tebar, que es más suspense que terror. Es triste comprobar que uno de los mejores slasher del cine no español, sino mundial, sea en la actualidad una completa desconocida, a pesar de que en su momento fue un gran éxito comercial. Por ejemplo, si en 1969. "Soltera y madre en la vida" recaudó 44,5 millones de pesetas, "Abuelo Made in Spain" menos de 37 y "Cuatro noches de boda" casi 24, comedias castizas todas ellas muy conocidas, incluso aceptables películas, "La residencia" se embolsó casi 105 millones.

Narciso Ibáñez Serrador nos sorprende con una obra precisa, atrevida, con una gran puesta en escena, el Palacio de Sobrellano de Comillas en Cantabria, que ya vimos en la "Herencia de Valdemar" (2009) es un lujazo, una atmósfera gótica sobresaliente y además innovadora, porque lo que es el slasher que supuestamente aparece en los años 70, está ya aquí perfectamente definido. "La residencia" se zambulle en un mundo de perversión en el que además de asesinatos, es obvio, filmados de forma elegante a cámara lenta, se toca el sadismo, el incesto, el lesbianismo, el vouyerismo y, por supuesto, sexo hetero, pero todo ello con tal delicadeza que la censura apenas tuvo que intervenir. En este sentido erótico, también apunta la belleza de Cristina Galbó (SPOILER) haciendo de niña requetebuena, atención a cuando sale con trenzas. Pero ojo, lo mismo que no hay un protagonista claro tampoco héroes o villanos nítidos. A ver si adivináis quién es el/la asesino/a. Yo sí lo hice.