Desde México nos llega una película filmada por el español Luis Buñuel, bendecida por la crítica y con elogios hasta por debajo de las piedras. Yo no es que esperara una obra maestra porque nos conocemos pero aún así me sabe a poco esta "Los olvidados". No es que sea mala pero habría que exigirle bastante más a un trabajo que tiene un 8,3 de nota en esta página. A fin de cuentas no deja de ser un dramón de época, de esos en blanco y negro, familias en apuros y de un sufrimiento constante de sus personajes, por mucho neorrealismo o surrealismo al que se alude, o de querer representar el lado sórdido del ser humano en general y de la pobreza de los bajos fondos urbanos, Ciudad de México, entre los más débiles, los niños y adolescentes en especial.

Me parece que la gente confunde un tema fuerte con una buena película. El género ni el argumento determinan la calidad de una obra, sino el modo y el fin con el qué se trata. En este caso, "Los olvidados" se muestra primaria, esquemática, maniquea y poco estructurada en cuanto que carece de una verdadera trama, es más un conjunto de episodios. Buñuel se limita a mostrarnos los crímenes de los niños pero esto es muy insuficiente. Lo que nos interesa saber, por ejemplo, es por qué unos los cometen y otros no. O por qué alguien que por su cuenta no los haría los acaba cometiendo. Es decir que a "Los olvidados" le falta profundidad psicológica, inteligencia y ambición. Quizá no sea para olvidarla pero tampoco para recordarla. Se queda sólo en pasable.