La película no es que esté rematadamente mal pero tiene el grave defecto que todo lo que me quiere decir es una estupidez o bien es infame. Desde el punto de vista formal, lo único que destaca es la actuación de Will Smith, nominado al Oscar, una trama bien construida y el halo de historia verídica basada en hechos reales. En cambio la música es pastelosa, la ambientación, estamos en 1981, es regular y el empleo de la voz en off no es un recurso sino que esconde la torpeza a la hora de narrar. Por otro lado este argumento lo hemos visto de todos los colores, en comedia o drama, ya sea en "El secreto de mi éxito" (1987), Cocktail (1988) o sobre todo en "Wall Street" (1987) pero nunca en un melodrama dulzón con un Gabriele Muccino empeñado en esquivar cualquier elemento de conflicto que pueda perturbar al espectador o al protagonista. Hubo un momento en el que ligué la nota de la película a que el niño dijera algo así como "quiero volver con mamá", que por cierto, es con quien debería estar. Pues en cambio lo que dice es "eres un padre estupendo". Vergonzoso. Supongo que esto pasa porque la filosofía que hay aquí es que tienes que aceptar lo que te viene con una sonrisa pese al riesgo de que te consideren un imbécil.

"En busca de la felicidad" sorprende por su materialismo al situar en el dinero, la felicidad. Yo, ingenuo de mí, esperaba un giro que redimiera a Chris Gardner (Will Smith), porque lo que estamos viendo es el egoísmo, la violencia y la falta de empatía, a ver cuantas veces llora el niño, en la que está cayendo en busca de su sueño. Pues no, resulta que así es como hay que ser para triunfar, dice alguien en un "sistema cruel y perverso"... sumándose a él. Brooker de la Bolsa, a hacerse rico, y de paso, a especular, crear burbujas inmobiliarias y crisis financieras, toma ya. Y los que se quedan por el camino, que les den por saco. Es curioso que en esta búsqueda de la igualdad, todo el mundo puede llegar a ser millonario por pobre o falta de oportunidades que haya gozado uno, lo que se defiende en realidad es una profundad desigualdad porque al final resulta que este Gardner es superior, más inteligente, más preparado y más de todo que el resto de mortales que pese a sus recursos, estudios, etc. no llegan a donde él. O sea, la desigualdad social es superada por la desigualdad innata de la gente superior. Pobre la chica oriental, el puesto es para ti, que pierde su tiempo bebiendo agua. Que mensaje más deshumanizado y repugnante.

Extrañamente las películas de Will Smith dan pie a múltiples debates. Para empezar permitidme que ponga el cubo de rubik como ejemplo de lo tradicional. En realidad, este juego fue inventado en 1974 y comercializado a partir de 1980 y sin embargo parece que es algo que existe desde siempre como las peonzas o las canicas. O sea, es moderno pero parece tradicional, la tradición lo hace suyo, quizás porque tiene unos rasgos comunes con el resto de estos juegos que no tienen otros. Cambiando de tema, vomitivo cuando Gardner se pone a recordar las palabras de Jefferson sobre los ingleses "perturbadores de nuestra armonía". Que cara más dura. Os voy a citar en cambio otras expresiones del esclavista, tenía más de 600, y siniestro Jefferson, partidario, por ejemplo, de recurrir a perros adiestrados para destrozar negros o deportarlos masivamente a África: "las barbaridades de los indios americanos nativos justifican su exterminio”. ¿Desconoce Will Smith la opinión de este tipejo según la cual los negros no eran humanos del todo y tenían relaciones sexuales con los orangutanes? Un caso más que demuestra que detrás del derecho a "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" lo que hay es el horror del liberalismo.