La nota curiosa de esta película de largo, cursi e inapropiado título para una obra que se supone que es de terror, es que su director y también guionista, Oz Perkins, al que recuerdo haber visto en una película, en "Una rubia muy legal" (2001), haciendo de empollón nerd, es hijo del famoso actor Anthony Perkins. De hecho, en un momento dado aparece cuando está viendo la televisión la protagonista, que es su modo de homenajearlo. Dicho esto, "Soy la bonita criatura que vive en esta casa" es un decepción incomprensible en tanto que la historias de fantasmas o casas encantadas, a poco de hagas pues muy, muy malas no pueden ser. Pues esta sí lo es.

Los errores del largometraje que firma Oz son muchos, quizás porque como alguien escribe por aquí, en realidad es más un drama sobre la soledad que algo sobrenatural. De esta forma, le película transcurre de una forma increíblemente tediosa, sin ritmo, sin tensión, acompañada de una voz en off cargante y ridícula. La trama que maneja es mínima y en su lugar es sustituida torpemente por silencios, vacíos y planos extremadamente largos que no aportan nada. Tampoco aclara nada del misterio que hay aquí y por si fuera poco la ambientación de 1812 no puede ser más falsa aunque admito que así es más bonita. En resumen, una birria aburrida.