Auténtica tomadura de pelo esta "Matrix revolutions" que viene a cerrar definitivamente una de las trilogías más famosas de la historia del cine. Y no digo peores, porque la original tenía su aquel. Ahora bien, la segunda y esta última, más aún, son malas de narices. Concretamente la que estamos comentando es un timo en toda regla. Y no lo es sólo porque Keanu Reeves apenas aparece, sustituyendo su personaje por una cantidad de pringados que ni fu ni fa; o porque la bellísima Monica Bellucci tenga una aparición totalmente irrelevante y brevísima. Incluso lo único que hace es poner caras y decir una frasecita tonta, para de algún modo, dar a entender que no está posando solamente. No, no lo digo sólo por esto, sino porque todo lo que supone Matrix, la lucha entre humanos y robots, la divagación filosófica entre mundo real y aparente, incluso ese punto de rebeldía antisistema, es dinamitada por completo en un desenlace que produce vergüenza ajena por estúpido, ramplón y acomodaticio (SPOILER).

Para ser justo, el resto de la película está en perfecta sintonía con ese final lamentable. Sin ir más lejos, el último combate a lo Goku es de risa. Aunque para referencias a dibujos animados o a películas, por ejemplo, "Los caballeros de Zodiaco" o "Alien II" dan pena, por lo lejísimos que queda en cuanto a calidad esta "Matrix Revolutions". Pero volviendo al argumento, pasemos por alto que si uno no acaba de ver la segunda, en los primeros compases anda perdido, pues empieza justo donde la otra acababa. Del resto de la trama, un auténtico galimatías tecnológico con un tono épico a lo "El señor de los Anillos" tan pomposo como en la de Peter Jackson. En resumen una película larga, confusa y muy aburrida que llega a su culmen en la devastadora (devastadora para tu cerebro) pelea de la parte central. Esta batalla, que no se si durará 45 minutos o es que se me hizo eterna, es pesadísima y tan desesperante, que uno está deseando que acabe de una vez la película, aunque terminen ganando las máquinas.

Cambiando de tema, esta película es de las más igualitarios que recuerde. Es cierto que no es feminista del todo, pues el héroe es un hombre y éstos tienen su peso, en especial si son negros. Aún así el papel de las mujeres es de una relevancia mayúscula, sobre todo, por los roles y las actitudes masculinas que adoptan. Obsérvese que ni se asustan, ni tienen miedo, ni se quejan, ni se ponen nerviosas, ni les echan la culpa a los otros, ni hablan más de la cuenta. Son recias cual bigardos, sino directamente lesbianas. Aquí dirigen el Consejo de gobierno, pilotan naves e incluso son soldados, como la pelona esa que imita pobremente a la inolvidable Vasquez ("Alien II"). Con estas "rambas" no me extraña que acaben de anular en los Estados Unidos la brillante ley de 1994 que impedía servir a las mujeres en misiones de combate. Venga, a que las maten. ¿Qué nos importa? pensarán. Yo en cambio siento indignación y pena. Decidme lo que queráis pero el campo de batalla no es lugar para una mujer. También por nosotros pero sobre todo por su propio bien.