Celebro no ser el único que guarda un buen recuerdo de esta película que muchos vimos por primera y creo que única de vez siendo unos niños. Pero nos llamó la atención tanto a mí como a mi hermano mayor, quizás por la mezcla de viajes en el tiempo, figuras históricas populares, H. G. Wells (Malcolm McDowell) y Jack el Destripador (David Warner), y el contraste entre la época victoriana y el presente, presente para entonces porque han pasado casi 42 años desde su estreno. A esto hay que añadir su ambientación retro setentera que a mí me gusta, aunque como es el 1978, cuando se rodó, de los Estados Unidos y no de Inglaterra, las mujeres, como la protagonista Amy Robbins (Mary Steenburgen), llevan unos zapatos muy bonitos pero nunca y en ninguna momento unas botas. Por desgracia lo veía venir.

Sea como fuere, "Los pasajeros del tiempo" tiene varios aciertos, empezando por la propia trama principal, la persecución a través del tiempo de Jack el Destripador por H. G. Wells, pero también la mirada sorprendida del héroe hacia un mundo que ha cambiado una barbaridad en esos 86 años transcurridos. Hay mucha comedia en este aspecto y por este camino llegamos a una historia que es lo más flojo del largometraje por precipitada y larga pero que al menos nos deja una visión un tanto extraña de lo que suponía que era igualitario o feminista en aquella época, que lo que denota es mucha confusión al respecto en el sexo femenino, más o menos como ahora. Con todo, lo mejor es la crítica a la utopía progresista de socialistas ilusos como H. G. Wells, incapaces de comprender la naturaleza humana.