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Voto de Reaccionario:
4
Bélico Un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial es el escenario en el que un grupo de jóvenes soldados, dispuesto a defender su patria, tendrá que someterse a una dura convivencia, tras descubrir que han sido enviados a realizar una misión probablemente suicida. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2012
19 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me da un poco de pena suspender esta película por el esfuerzo realizado, las interpretaciones, el sufrimiento de la tripulación y lo difícil de rodar permanentemente en un submarino. Pero es que sus eternos no sé cuentos minutos (209 según la versión del director) son como una tortura, máxime si tenemos en cuenta que Wolfgang Petersen no me está contando prácticamente nada. Aunque en la recta final se anima ligeramente toda la parte inicial, prescindiendo de los primeros minutos, hasta 2/3 del metraje más o menos, son de un aburrimiento soberbio. Mientras veía el día a día de nuestros héroes rogaba que pasara algo de interés. Como nada de eso ocurría empecé a divagar para ver como podría mejorarse el argumento. Las ideas para crear un pedazo de película fueron muchas, desde un vampiro que fuera matando a la tripulación uno por uno, hasta una misión suicida en la que debían infiltrarse en una base naval enemiga, pasando por un loco dispuesto a sabotear la nave hasta a una historia romántica ente el capitán y la chica que sería teniente o lo que fuera.

Me temo que el éxito de "Das Boot" resida en ese estilo hiperrealista que podemos apreciar en otros trabajos alemanes como "Stalingrado", un estilo que condena todo lo que se salga de la más absoluta normalidad (¡qué más anormal que apareciera un vampiro!). De este modo, hacemos un monumento a la cotidianidad, a lo prosaico y a lo intrascendente. Los marineros bromean, comen, hunden un barco, escriben cartas, tratar de escapar de sus perseguidores, atracan en algún puerto. O sea, las cosas que vivieron absolutamente todos los combatientes en la segunda guerra mundial y hasta en cualquier otra. El intento de acabar con toda concesión al espectáculo llega al límite de eliminar hasta el propio argumento, con el intento de mimetizarse con el resto de submarinos del mundo mundial. De esta forma la película transcurre de un modo más que plano, tanto como los propios personajes que aparecen. En todos lo sentidos, cualquier parecido con la sobresaliente “Marea Roja” es pura coincidencia.

Se ve que este estilo encandila a los críticos y hasta a bastantes espectadores pero yo considero que esto es directamente la muerte del cine. Uno quiere ver en la pantalla (en el arte en general) lo extraordinario, lo sorprendente, lo edificante, lo bello o lo espectacular. Grandes amores, grandes aventuras, grandes historias y personajes grandiosos. Que, por ejemplo, los protagonistas sean guapos (especialmente ellas), que los buenos sean buenos de verdad, que el terror te asuste, que el drama te conmueva, que la tragedia te haga llorar, que la comedia te haga reír. Y aunque “Das Boot” no sólo sea esto, ver a un individuo como se saca los mocos de la nariz y se los echa a otro, comprobar las enfermedades venéreas de algunos más o como el de más de allá se peina para ir a cenar, la verdad es que no es precisamente la idea que tengo sobre el cine.
Reaccionario
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