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4
Aventuras. Drama Historia basada en hechos reales sobre la expedición encabezada por el doctor Francisco Javier Balmis, que llevó la vacuna de la viruela a las Américas a principios del siglo XIX. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2016
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocí esta historia por un artículo o reportaje en un periódico, con motivo del doscientos aniversario de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna dirigida por el doctor Balmis, es decir, por el 2003. y me pareció una aventura absolutamente fascinante. Primero por el lado humano, cómo unas personas altruistas se embarcaron, nunca mejor dicho, en una campaña de vacunación contra la viruela que iba a durar más de una década y que les llevar a recorrer medio mundo, de forma voluntaria y desinteresada, despreciando peligros, fatigas y contrariedades. Y segundo porque esta época me resulta bastante atractiva. Rectifico, me gusta ese principio del siglo XIX pero para España, esos años previos antes del triple desastre a partir de 1808, es decir, un reino que aunque pasaba por ciertas dificultades aún conservaba su brillante imperio colonial, su monarquía absoluta y sus costumbres, creencias y modos de vida tradicionales. Luego llegó la invasión y guerra contra el francés, la independencia de hispanoamérica y la imposición del liberalismo, ya en 1833 o 1840 si incluimos las guerras carlistas, que nos destrozaron para siempre. Esto hace que los primeros años del 1800, hasta 1833, tengan una nota melancólica que se aviene a la perfección con la hazaña de Balmis y su gente. Por cierto, ya que estamos con la vacuna de la viruela, os informo que el primer país que la probó fue Austria, en 1800, y que a partir de aquí fueron los estados absolutistas y reaccionarios los que la implantaron primero mientras que los liberales y avanzados se negaban por atentar a la libertad. Por ejemplo, la vacunación obligatoria fue aprobada en Baviera en 1807, Dinamarca en 1810 o Rusia en 1812. Mas en Inglaterra no lo fue hasta 1853 y en Francia hasta 1902.

Ahora bien, a Almudena de Arteaga, autora de la novela "Ángeles custodios" en la que se basa esta película, le importa muy poco esta expedición humanitaria de la que conserva los nombres de sus protagonistas y poco más. La prueba del desprecio por la peripecia auténtica es que se saca de la manga una vulgar intriga con envenenamientos y otras maldades, y por supuesto, un triángulo amoroso que no viene a cuento. No les interesa la verdadera historia de Isabel Zendal Gómez, cuya pista se acabó perdiendo en México; ni los 22 niños expósitos, que nunca más regresaron a España; ni Francisco Javier Balmis, que dio la vuelta al mundo con su vacuna, pasando por la China o Santa Elena; ni José Salvany y Lleopart, que enfermo y medio ciego, acabó falleciendo en 1810 en Cochabamba, el antiguo Alto Perú, actual Bolivia, después de siete años en los que recorrió 18.000 kilómetros por todo América vacunando en total a un millón de personas, en la misma época en la que los revolucionarios incendiaban el continente en su lucha por la independencia. Qué más da cuando podemos presentar a una prefeminista como la Isabel de María Castro, se supone que se enamoran de ella porque era una "adelantada" a su tiempo, o poner a un malvado ultracatólico, que no sé ni qué quiere. Porque esa es otra, lo de la pelota como amuleto es que da vergüenza ajena, primero porque es cutre y segundo porque revela que han querido tapar cualquier sombra de creencia católica, salvo en los villanos. Me quedo sin lugar a dudas con la preciosa aventura de Balmis y su equipo, y no con esta parida televisiva, que formalmente no está mal hecha, incluso entretiene, pero que no tiene ningún aprecio por la verdadera esencia de la heroica hazaña.
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