En realidad, la película puede estar tan bien como mal. Es un estilo que mezcla sin ningún pudor el videojuego, el anime y la música en un universo indie postmoderno, al que creo que no deja de satirizar. Se trata de la adaptación de los tebeos de Bryan Lee O'Malley sobre el tal Scott Pilgrim, así que al que le guste, lo flipará y el que lo deteste, le parecerá una horterada de tomo y lomo. Por mi parte, reconozco que es tremendamente original, rara y extravagante, incluso tiene cosas realmente divertidas, sobre todo en la primera media hora. Aunque reconozco que tiene su gracia, sin embargo, en conjunto te parece tan estúpida, tan friqui y, por momentos, tan patética que lo más normal es que sintamos vergüenza ajena viéndola, al no ser que nos identifiquemos con este mundillo y estas tribus urbanas en las que se basa "Scott Pilgrim contra el mundo".

En definitiva, ¿me ha gustado? Pues no, principalmente, además de lo dicho, por tres cosas. Primero por todo ese aire de subcultura alternativa e indecente. Segundo, por la absoluta banalidad de las relaciones afectivas, incluso indignantes para las mujeres. Y tercero, porque Scott Piligrim (Michael Cera), es el protagonista más pringado, más canijo y más feo que recuerdo. Pues este pardillo que va de guay, sin serlo, se dedica a enamorar haciendo el memo a cualquier chica. Que coraje me da y que relaciones más insípidas. Y hablando de chicas, hay unas cuantas monas: Mae Whitman, Ellen Wong o Brie Larson, muy guapa ésta. Pero yo sólo tengo ojos para mi Mary Elizabeth Winstead, bella incluso con ese pelo corto de colores. Ahora bien, ¿Por qué me obligas a verte así? ¿Qué haces en esta chorrada de película? ¿Por que me haces esto?