Así es, pero con la diferencia que "Blade" (1998), la primera, es más cañera, y "Matrix" (1999), también la primera, es más filosófica, pero en lo esencial supone un perfecto cruce entre ambas franquicias, con permiso de los hombres lobo. Por cierto, que luego estos seres volverían a coincidir como antagónicos más de una vez, por ejemplo, en la saga "Crepúsculo" (2008-2012). Dicho esto, el resultado no es malo, principalmente porque no tiene pretensiones. "Underworld" ofrece acción y algo de intriga, dentro de una submundo gótico-fantástico y con una protagonista atractiva, de la que luego hablaré. Cierto que no cautiva pero como entretenimiento juvenil los hay mucho peores. De hecho, comercialmente sus cifras fueron buenas, casi multiplicando por cuatro el presupuesto invertido.

Y ahora vayamos a lo más importante: Kate Beckinsale, que por cierto empezó el rodaje casada con su compañero de reparto Michael Sheen y lo terminó contrayendo matrimonio poco después con su director, Len Wiseman, que de nuevo está ojo avizor para que no la toquen más de la cuenta. Vamos, que tras un ahogamiento sustituye la respiración boca a boca por la reanimación cardiovascular. El caso es que Beckinsale está guapa pero el look no termina de favorecerla. Empezando por la cabeza y terminando por los pies, primero el pelo, que lo lleva muy corto. Segundo, ese traje de cuero y el abrigo, no sé. El corsé puntúa a su favor pero las botas entre motera y punk son para batallar no para gustar, al revés que con las altas y muy sexy que luce en "Van Helsing" (2004).