Con aires holywoodienses llega un thriller más que policial, detectivesco, con bastante oficio y notables cotas de intriga, sobre todo al principio. Dicho esto, "La caja 507" tiene el inconveniente de deshacerse a los cinco minutos, puede que en menos tiempo, de Dafne Fernández, que por entonces tendría unos 16 años y que está muy guapa. Sabiendo el género al que pertenece la obra, en cuanto la vi me dije "la van a matar"... lo que no pensaba es que fueron tan pronto. Tranquilos, está en el spoiler así que no adelanto nada. Sea como fuere, la película de Enrique Urbizu remonta para ofrecernos una compleja trama, que mezcla la venganza personal, la corrupción inmobiliaria, los tejemanejes de ex-policías, de bandas de atracadores o de la mafia italiana.

Pese al conjunto de ingredientes, "La caja 507" se sostiene porque tiene un guión muy bien escrito, si nos ponemos a mirar con lupa quizá recurre unos centímetros de más a la casualidad, pero en conjunto diáfano, sin añadidos superfluos, ni trampas. A lo dicho hay que sumar una dupla muy convincente, Antonio Resines y José Coronado, una dirección sobria y una ambientación mediterránea que inunda con su luz el turbio asunto a destapar, que guarda cierta relación con el de "Chinatown" (1974). Sin embargo, el largometraje no termina de afinar los personajes. De hecho creo que simpatizamos más con el personaje que interpreta Coronado que el de Resines, pero lo peor es que se cierra en falso. Así, se pierde buena parte del mensaje: (SPOILER).