Uno de los títulos más reconocidos de Roman Polanski, pero que naufraga estrepitosamente ante lo inane de su propuesta. El director franco-polaco rueda con estilo y con un clara influencia del free cinema lo que quería, no cabe duda, pero lo malo es que lo que deseaba es un bluf. "Repulsión" es lenta hasta la exasperación, carece de ritmo, es repetitiva y tienes que esperar más de una hora para que ocurra algo interesante, pero para esas es posible que ya te hayas echado una cabezada. A eso hay que sumarle que estéticamente la moda femenina de los sesenta es fea y que el personaje de Carol Ledoux (Catherine Deneuve) desde el primer momento produce rechazo, nunca puedo verla como objeto romántico o sexual y precisamente en esa doble faceta se juega parte de su viabilidad tanto argumental como suavemente erótico.

El gran problema del largometraje es que queda reducido a ser la historia de una pirada haciendo de las suyas. Polanski no resulta en absoluto convincente en su estudio psicológico, no sabemos ni de dónde ni por qué de su "trauma", comprando en su lugar la vieja teoría de la histeria femenina o cosa parecida, por la falta de sexo producida por la represión, pero además como thriller o cine de terror es un cero a la izquierda, entre otra cosas, por lo escueto de una trama que se sucede sin la más mínima tensión, intriga o suspense. Pierde demasiado tiempo en retratar su deterioro mental pero eso ya lo sabemos, como dice una amiga de esta página, "Bueno, vale, esa chica siente asco hacia los hombres, Pero ¿¿Y QUÉEEEEEEE?? ¡Que pase algo!", así que "Repulsión" se termina perdiendo en el aburrimiento de lo obvio.