O para ser exactos, a su Allison Pond. Pues además de estar guapísima, tal vez porque está más gorda de lo que nos acostumbra últimamente, que está idiota perdida. Lo que recordaba de "La brigada del sombrero" cuando la vi en su estreno era una trama de lo más confusa y una belleza morena de las que quitan el sentido. Ni siquiera sabía quién era la actriz. Ahora bien, ella aparece muerta a los cinco minutos, viene en la sinopsis, cosa que además de ponerme de mala leche, me hizo mirar con ojeriza la película desde entonces. Mucho va a tener que esforzarse, pero mucho, Lee Tamahori y compañía para que una obra en la que matan a Jennifer Connelly, a su personaje claro está, me vaya a gustar.

"La brigada del sombrero" gasta todas sus fuerzas en un notable reparto y una cuidadísima ambientación de principios de los cincuenta, música incluida, pero se han olvidado de darle más consistencia a una historia que contiene demasiadas irregularidades. Por un lado parece poco creíble, desde lo más frívolo, esta Allison colada por un señor que le saca 29 años, viejo (54 años), pasado de peso y casado, por mucho tipo duro que sea, hasta la manera de ir resolviendo las situaciones. Por ejemplo, el pabellón de Tócame Roque que es "alto secreto" pero de más fácil acceso imposible. Pero es que el propio fundamento de la película, lo que es la traída cinta, resulta ilógico (SPOILER).