Desde el primer momento, en cuanto la película empieza y la voz en off de Igor (Daniel Radcliffe) nos dice "ya conocen la historia", lo que en su conjunto son unos cinco segundos, la sensación que uno tiene es que "Víctor Frankestein" va a ser una cosa cutre sin remedio. Y así es, por desgracia. El largometraje no funciona en ninguna de sus líneas y lo que se vende como una obra de terror, ¿dónde está el miedo aquí?, se convierte en una flipada con aire juvenil consiste en mezclar todos los géneros posibles, romance, thriller policial, drama, terror, ciencia ficción..., sin ton ni son sobre la base del relato de "Frankestein" de Mary Shelley. Ante el fiasco de ésta, sigo recomendando como adaptación cinematográfica la de Kenneth Branagh en su "Frankenstein de Mary Shelley" (1994), que aunque es usualmente criticada, me parece un trabajo muy interesante.

En cualquier caso, tiene como dos partes. Primero, un comienzo muy loco de unos quince minutos que es que son delirantes. Os prometo que he lanzado cuatro o cinco carcajadas con el payaso-jorobado-médico, todo a la vez, ¿para qué estudiar una carrera cuando tienes rayos X en los ojos?, el circo mafia plagado de asesinos o el doctor Frankestein (James McAvoy), que parece sacado de "Ranma ½" (1989-1992), con ese tratamiento a mamporros que le impone a Igor. Qué risa. Pero después de este torbellino ridículo llegamos al grueso de la obra, entonces bajamos el pistón, salvo Víctor, que parece cocainómano por el subidón permanente que tiene. El resultado entonces es una película más tranquila pero que no convence, previsible, rutinaria, con no demasiado sentido y que ignora las ideas del relato original. Al menos, sale la guapa Jessica Brown Findlay.