Yo no sé si ha sido muy esperada, me parece que no demasiado, pero aquí tenemos la enésima película de superhéroes, en este caso Venom, personaje que no conozco mucho, salvo por lo que sale en la infravalorada "Spiderman 3" (2007). Aunque tampoco importa porque los poderes del extraterrestre o el personaje de Eddie Brock (Tom Hardy) no guardan relación con lo que vimos en la de Sam Raim once años atrás, hay que olvidarse de ésta, no es un spin off. Por cierto, aprovecho para recordar que la saga de "Spiderman" (2002, 2004 y 2007) es lo mejor con diferencia que se ha hecho en este género de superhéroes. Sea como fuere, "Venom" ha pegado con fuerza y con 855 millones de dólares recaudados en todo el mundo se ha convertido en la séptima película más taquillera del globo en ese año.

Todo esto está muy bien pero he de confesar que el largometraje no me ha interesado lo más mínimo antes de empezar, durante y después de verla. Es decir, una cosa plana, simple y aburrida que salvo a fans comprometidos no veo que guste. Y ni eso, porque algunos se han molestado alegando que se ha cambiado la personalidad del monstruo. El problema principal de "Venom" es que no tiene una historia llamativa, bueno nada es llamativo. Es sólo la presentación del bicho y como tal la hemos vista unas 200.000 veces. En realidad es el mismo esquema de siempre, héroe que descubre sus poderes, científico millonario loco que quiere destruir el mundo y lucha final. Aquí el problema añadido es que no se ve claro el villano y además cambian a menudo las reglas de la relación entre el simbionte y el huésped. Floja.