Patriotismo yanqui típicamente contado sin necesidad de adulterar la verdad gracias a que la historia que se cuenta está basada en hechos reales. Se narra la vida de, joven estadounidense con falta de afecto familiar, sin objetivo claro en esta vida, con dificultad para emplearse y una sensación de profunda soledad debido a la muerte de su mejor amigo, circunstancia que le lleva a busca y encontrar un lugar donde encajar. En un acto de determinación heroico el alistamiento en el cuerpo de marines parece ser el lugar prefecto para honrar y defender a su país. Y que Dios bendiga América.

No es una película bélica, tampoco es cine de acción, toda la tensión que intenta añadirse en el ambiente parece no funcionar correctamente, tampoco es entretenimiento palomitero ya que la historia no llega absorber la mente de los incautos. Éste no es más que un telefilm, un producto hecho íntegramente para consumo televisión con tintes patrióticos y un exceso de momentos lacrimógenos verdaderamente efectistas. Todo sucede con excesiva prisa como para rememorar los hechos más significativos, que desde luego, en ningún caso parece saberse muy bien cuales son. Por cierto, la joven se llama Megan es cabo de los marines de los EE UU y junto con su compañero Rex experto detector de explosivos gracias a su olfato, el de pastor alemán, son enviados a la guerra, a las regiones en conflicto de Fallujah y Ramadi, en Irak.

¿Se podría hacer una interesante visión sobre la guerra de Irak, sobre el papel de la mujer en el ejército, sobre la utilización de los animales en zonas de combate, sobre lo que un conflicto bélico desata y la devastación que produce, sobre las vidas inocentes con las que se termina o el sufrimiento que produce en las personas que consiguen sobrevivir? Sí, se podría. Pero en esta película no se hace. Tan solo se muestra que a base de determinación y valor cualquier joven norteamericano medio, con su mochila de 30 kilos a la espalda, su fusil de asalto, su pistola, su cuchillo de supervivencia y su uniforme de combate puede alcanzar el honor y la gloria en el campo de batalla. En esta película nadie muere en todo caso se intuye, puesto que en ningún momento queda claro. El peligro se muestra desde la lejanía, supuestos insurgentes que atacan despiadadamente a las fuerzas de ocupación, las norteamericanas, que vienen a liberar el país de los malos. Cualquier ciudadanos iraquí que sale a lo largo del largometraje poco más es que un figurante. Cuatro de ellos, todo lo más que dicen cada uno, son tres frases.

¿Contendido en la historia? Ninguno.

Lo único positivo de ésta cinta es el esfuerzo que hace la actriz Kate Mara por meterse en el papel que cuenta un momento de la vida de la soldado Megan Leavey.
Debo decir que, incluso en una película como ésta totalmente prescindible te puede llevar a la reflexión básica de que cualquier historia debe ser contada para todos los espectadores y no para la complacencia de unos pocos. Esta cinta tiene de interesantes justamente eso, lo que no cuenta al resto.

Mi calificación: Un 6. Interesante.