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España España · TOLEDO
Voto de MAFALDA:
9
Drama Durante los duros años de la posguerra, en una zona rural de Cataluña, un niño llamado Andreu, cuya familia pertenece al bando de los perdedores, encuentra un día en el bosque los cadáveres de un hombre y su hijo. Las autoridades sospechan de su padre, pero Andreu intentará encontrar al culpable. En estas circunstancias, se produce en Andreu el despertar de una conciencia moral que se opone a la mentira como instrumento del mundo de los adultos. (FILMAFFINITY) [+]
11 de julio de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el “Mito de la Caverna”, Platón sitúa al hombre en un entorno cerrado, que representa el conformismo y la ignorancia, en el cual nos hayamos todos pues damos por reales cosas que no hemos comprobado ni experimentado. El interior de la caverna representa el mundo que percibimos mediante los sentidos y del que solo podemos obtener opiniones y no verdades absolutas. El mundo de las ideas, el verdadero, solo se alcanza mediante el uso de la razón. La salida de la caverna supone el acceso a un nivel superior de conocimiento. Platón establece una dualidad del mundo basado en la ignorancia y el conocimiento en la cual debemos saber elegir el camino adecuado.

Andréu vive en su mundo infantil, protegido por sus padres que lo mantienen “a oscuras” contándole una realidad que solo se sustenta en sus palabras y en la férrea credibilidad que el niño les otorga. Tras la brutal muerte de Dionis y su hijo, en una escena inicial apabullante y sobrecogedora, los acontecimientos se precipitan y el orden establecido comienza a resquebrajarse. La huida apresurada del padre, por miedo a posibles represalias franquistas, y el traslado de Andréu a casa de su abuela le ponen en el camino hacia el entendimiento.

A través de todos y cada uno de los personajes va encajando las piezas y cuando (pese a las resistencias de los adultos, a su empeño en esconder la autentica verdad) consigue completar el puzzle en su cabeza se produce una explosión en su interior que acaba para siempre con su inocencia: El niño madura de golpe.

Al caérsele la venda de los ojos comprende que su padre, quien durante años le ha inculcado que nada importa en la vida salvo los ideales, lo único por lo que merece la pena morir, hace tiempo que se vendió y al hacerlo, acabó con su integridad, con su legitimidad para inculcarle valores y con su derecho a dirigirle en la vida. La figura de la madre, sabedora de todo lo ocurrido, encubridora del delito, y que sobrevive al marido, sufre en sus carnes el rechazo del niño que, desbordado por tanta violencia, se convierte en el peor juez de sus progenitores abominando de ella cuando va a visitarlo a su nuevo colegio, negando conocerla de la manera más cruel posible. Ha elegido su camino.

Todos los personajes, rezuman dolor y rabia, pero si alguno retrata a la perfección la violencia soterrada que impregna esa sociedad rural de postguerra, donde todos se conocen, es la niña de las trenzas que, levantando poco más de un palmo del suelo, es capaz de escupirle a la cara a la prima de Andréu que su tía es una guarra, con unas palabras procaces y biliosas aprendidas, por oídas, en conversaciones de mayores.

Escalofriante resulta esa sociedad donde existe tanto odio, que toda una vida no bastaría para saldar las cuentas pendientes. “Pa negre” es un viaje, enmarcado en el peor escenario posible de la historia de España, desde la inocencia interrumpida hacia la madurez precoz y no buscada.
MAFALDA
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