No me voy a detener en comentar el argumento de la película, ya que a estas alturas ya será de sobra conocido. Ni tampoco en reiterar que los tráilers superan muchas de las veces a la película, generando unas expectativas tristemente infundadas. Porque exactamente esa sería la justa definición para esta cinta, triste. De principio a fin.
Triste porque con una simple idea no basta para engrasar un largometraje, aunque sea relativamente corto (88m).
Triste porque es predecible, tanto en ritmo como en desarrollo desde el minuto uno.
Triste porque las interpretaciones están más vacías que un vaso de hielo en el desierto.
Triste porque por más de una vez parece que estás viendo algún telefilm de familia acomodada americana, con niña pseudo-rebelde, niño inventor de ingenionosos muñecos, y matrimonio que pone "caritas" a la vez que conversan mientras alguno de los dos corta apio con un cuchillom de cocina...
Y el psicópata, que disfruta siendo psicópata y enseñando una dentadura perfectamente blanca cada dos por tres.

Si apreciáis algo vuestro dinero no lo malgastéis en semejante bodrio de verano.