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Voto de Sandro Fiorito:
6
Drama "No robarás": Ania, que tiene seis años, es hija de Majka, pero ha crecido creyendo que su madre es Ewa, la madre de Majka, es decir, su abuela. Séptimo de los diez mediometrajes que constituyen el llamado "Decálogo" y que están inspirados en los Diez Mandamientos (Kieslowski los llama "mandamientos sin moral"). (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2010
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Séptima entrega de la serie de diez capítulos de aproximadamente, sesenta minutos de duración, que el director Krystof Kieslowski realizó sobre los diez mandamientos, para la televisión polaca junto con el guionista Krzystof Piesiewicz.

Menos auténtica, con mayor ausencia de fuertes emociones y sin el misterio que envuelve al resto de cintas de la serie, esta puede ser una de las películas menos sentidas del realizador polaco en esta saga, pero su visionado es igualmente recomendable, pues como en todas las cintas del decálogo cumple con su función de entretener desde las buenas interpretaciones del reparto y la tensa atmósfera existente en todos los capítulos. Este episodio, que hace alusión al mandamiento “No robarás”, habla de un robo no material, sino físico, protagonizado por una polémica familia en la que Ewa (Anna Polony) ejerce de madre sobre una chiquilla que en realidad no es suya, y que en realidad pertenece a la verdadera y única hija de Ewa, Majka (Maja Barelkowska), que dio al bebé a luz cuando tenía 16 años, llegando entonces a un acuerdo con su madre para que la susodicha se hiciese cargo de las funciones maternas sobre la niña. La palabra “robo” entra en acción cuando, paradójicamente, Majka decide que ya es lo suficientemente responsable como para hacerse cargo de la niña y la arrebata del poder de su madre para llevarla consigo.

Si bien no consigue crear la incertidumbre que nace al final del resto de los capítulos, dando lugar al espectador a hacerse todo tipo de preguntas filosóficas y planteándose cuestiones sobre la condición humana, esta sencilla y hasta predecible película gusta por su amable desarrollo y sagaz desenlace.

Zbigniew Preisner vuelve a la batuta con los compases de la banda sonora de esta producción, que recuerda a todas las realizaciones del compositor en esta saga hasta el momento, sin lograr a cobrar el gran protagonismo que en capítulos anteriores habían conseguido sus melodías.
Sandro Fiorito
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