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Voto de willieyenka:
10
2002
David Simon (Creador), Joe Chappelle ...
8,8
49.502
Serie de TV. Thriller. Drama
Serie de TV (2002-2008). 5 temporadas. 60 episodios. En los barrios bajos de Baltimore, se investiga un asesinato relacionado con el mundo de las drogas. Un policía es el encargado de detener a los miembros de un importante cártel. La corrupción policial, las frágiles lealtades dentro de los cárteles y la miseria vinculada al narcotráfico son algunos de los problemas denunciados en esta serie. Parece inspirarse en series modernas como ... [+]
2 de enero de 2010
32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así es como la gente de Baltimore define su ciudad y su Estado, Maryland, de forma coloquial (en lenguaje slang) Una ciudad portuaria devastada en gran parte por las drogas y la pobreza: el mejor caldo de cultivo para la proliferación del narcotráfico.
The Wire me parece una de las series más ambiciosas de la historia. Cada capítulo es de una riqueza maniática que nos descubre el pulso que mantienen la policía de Baltimore y el crimen organizado en las esquinas, los estragos de la incompetente burocracia policial, la corrupción sindical en el puerto, las crueles disputas políticas, las deficiencias de un sistema educativo que hace aguas, o los intereses ocultos en la prensa de unos directivos perdidos por la codicia. Pero lo mejor es que The Wire nos brinda personajes humanos, que enamoran, aterran y emocionan.
Sin embargo, en la obra de Simon no existe la justicia poética: algunos personajes brillantes, que representan todo un símbolo para el espectador, acaban con un tiro en la nuca. La brillantez perdida en la calle. Y muchos otros tipejos que desearías ver mejor enterrados, seguirán mancillando la ciudad hasta el final de la serie. Además, con figuras como Omar Little o Jimmy McNulty el espectáculo está asegurado.
The Wire es una obra maestra, exigente y reflexiva, honesta e inolvidable.
The Wire me parece una de las series más ambiciosas de la historia. Cada capítulo es de una riqueza maniática que nos descubre el pulso que mantienen la policía de Baltimore y el crimen organizado en las esquinas, los estragos de la incompetente burocracia policial, la corrupción sindical en el puerto, las crueles disputas políticas, las deficiencias de un sistema educativo que hace aguas, o los intereses ocultos en la prensa de unos directivos perdidos por la codicia. Pero lo mejor es que The Wire nos brinda personajes humanos, que enamoran, aterran y emocionan.
Sin embargo, en la obra de Simon no existe la justicia poética: algunos personajes brillantes, que representan todo un símbolo para el espectador, acaban con un tiro en la nuca. La brillantez perdida en la calle. Y muchos otros tipejos que desearías ver mejor enterrados, seguirán mancillando la ciudad hasta el final de la serie. Además, con figuras como Omar Little o Jimmy McNulty el espectáculo está asegurado.
The Wire es una obra maestra, exigente y reflexiva, honesta e inolvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quiero aprovechar el spoiler (recomiendo leerlo sólo si has visto como mínimo la tercera temporada) para reivindicar las cualidades de dos antihéroes opuestos pero igual de fascinantes: Marlo Stanfield y Stringer Bell.
A diferencia de Avon Barksdale, un gangster de la vieja escuela que cree en los códigos de la calle, Marlo es pragmático y su imperio engrasa a la perfección en el quebrantado sistema que rige casi todos los estratos sociales de Baltimore. Siendo joven y en muy poco tiempo, Marlo se convierte en el capo más poderoso de una ciudad con medio millón de habitantes sin dejar de ser fiel a su esencia callejera- su extraordinaria escena final define a la perfección a un personaje al que le sobran las americanas y las corbatas. Y qué decir de Chris Paltrow y Snoop, dos emisarios de la muerte más fríos que el metal de una 9mm. Si no es por la intervención (y sus consecuencias) de los cracks McNulty y Freamon en la quinta temporada, la trama podría durar mucho tiempo.
Stringer Bell, el segundo al mando en el imperio Barksdale, es un personaje antológico. De rostro impasible y calculador, maneja los hilos del poder desde las sombras a lo largo de las primeras temporadas a espaldas de su sonriente jefazo, Avon. Es Bell el encargado de ejecutar a Wallace a manos de Bodie (otro personaje memorable) y Poot, una de las secuencias más duras de la primera temporada. También es el responsable de la muerte de D'Angelo en la cárcel a través de un contacto de Washington D.C, en la segunda temporada.
Pero lo más interesante es contemplar la evolución de Stringer Bell a lo largo de la serie para convertirse en un hombre de negocios y alejarse de las calles y los tiroteos: primero, leyendo La riqueza de las naciones de Adam Smith, luego acudiendo a clases de economía en la Universidad, y por último intentando llevar a la práctica un principio que ningún gangster sensato se plantearía. Cuando empezó a hacer negocios con el senador Clay Davis fue su fin. Ssssshhhiiitttt!!!
La conversación que mantiene con Avon Barksdale en la azotea, al final de la tercera temporada, resume la inmensa calidad de esta serie. Ese abrazo en las alturas de Baltimore, cada uno jugando sus bazas para sobrevivir, marcará un antes y un después en The Wire.
En la última secuencia de este episodio, la cámara se esfuma por una ventana y nos muestra un letrero cruel e irónico: Muy pronto, oportunidades residenciales y comerciales - B&B Enterprises.
"It's just business"
A diferencia de Avon Barksdale, un gangster de la vieja escuela que cree en los códigos de la calle, Marlo es pragmático y su imperio engrasa a la perfección en el quebrantado sistema que rige casi todos los estratos sociales de Baltimore. Siendo joven y en muy poco tiempo, Marlo se convierte en el capo más poderoso de una ciudad con medio millón de habitantes sin dejar de ser fiel a su esencia callejera- su extraordinaria escena final define a la perfección a un personaje al que le sobran las americanas y las corbatas. Y qué decir de Chris Paltrow y Snoop, dos emisarios de la muerte más fríos que el metal de una 9mm. Si no es por la intervención (y sus consecuencias) de los cracks McNulty y Freamon en la quinta temporada, la trama podría durar mucho tiempo.
Stringer Bell, el segundo al mando en el imperio Barksdale, es un personaje antológico. De rostro impasible y calculador, maneja los hilos del poder desde las sombras a lo largo de las primeras temporadas a espaldas de su sonriente jefazo, Avon. Es Bell el encargado de ejecutar a Wallace a manos de Bodie (otro personaje memorable) y Poot, una de las secuencias más duras de la primera temporada. También es el responsable de la muerte de D'Angelo en la cárcel a través de un contacto de Washington D.C, en la segunda temporada.
Pero lo más interesante es contemplar la evolución de Stringer Bell a lo largo de la serie para convertirse en un hombre de negocios y alejarse de las calles y los tiroteos: primero, leyendo La riqueza de las naciones de Adam Smith, luego acudiendo a clases de economía en la Universidad, y por último intentando llevar a la práctica un principio que ningún gangster sensato se plantearía. Cuando empezó a hacer negocios con el senador Clay Davis fue su fin. Ssssshhhiiitttt!!!
La conversación que mantiene con Avon Barksdale en la azotea, al final de la tercera temporada, resume la inmensa calidad de esta serie. Ese abrazo en las alturas de Baltimore, cada uno jugando sus bazas para sobrevivir, marcará un antes y un después en The Wire.
En la última secuencia de este episodio, la cámara se esfuma por una ventana y nos muestra un letrero cruel e irónico: Muy pronto, oportunidades residenciales y comerciales - B&B Enterprises.
"It's just business"