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Voto de Polifonía:
7
6,8
1.274
Drama. Cine negro
Aunque el teniente Scott Burnett, del servicio de guardacostas, padece todavía pesadillas durante su convalecencia, está decidido a casarse con su novia Eve y empezar una nueva vida. Un día, se encuentra en la playa con Peggy, la mujer de un famoso pintor ciego. Scott y Peggy se enamoran, pero ella se siente culpable y no quiere abandonar a su marido. Scott, por su parte, cree que Tod finge su ceguera para retener a su esposa a su lado. (FILMAFFINITY) [+]
30 de agosto de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película en blanco y negro de Jean Renoir acerca de un teniente de los guardacostas estadounidense que tiene una novia encantadora, buena y precisoa, a la que deja repentinamente por otra mujer menos atractiva, de malas intenciones y encima casada con un ciego que la necesita más que nadie.
Todo el filme es de unos enfoques fotográficos dignos de elogio y la historia en sí es algo misteriosa y mantiene al espectador a la espectativa; sin embargo el final, tal y como se nos presenta, es ridículo y de un acabado pésimo, que jamás nos habríamos esperado de alguien como Jean Renoir. Es más, Robert Ryan, después de su excelente interpretación a lo largo y ancho de todo el argumento, no se merecía ser ridiculizado en un final tan inepto o mediocre.
La película, si merece la pena es sobre todo por la actuación de Robert Ryan en el papel de Teniente Scott, de Nan Leslie en el papel Eve o preciosa novia que abandona el anterior, y por supuesto de Charles Bickford, todo un actor de los pies a la cabeza, en el papel de Tod el pintor ciego; en cuanto a Joan Bennett en su papel de Peggy, ni fu ni fa.
Todo el filme es de unos enfoques fotográficos dignos de elogio y la historia en sí es algo misteriosa y mantiene al espectador a la espectativa; sin embargo el final, tal y como se nos presenta, es ridículo y de un acabado pésimo, que jamás nos habríamos esperado de alguien como Jean Renoir. Es más, Robert Ryan, después de su excelente interpretación a lo largo y ancho de todo el argumento, no se merecía ser ridiculizado en un final tan inepto o mediocre.
La película, si merece la pena es sobre todo por la actuación de Robert Ryan en el papel de Teniente Scott, de Nan Leslie en el papel Eve o preciosa novia que abandona el anterior, y por supuesto de Charles Bickford, todo un actor de los pies a la cabeza, en el papel de Tod el pintor ciego; en cuanto a Joan Bennett en su papel de Peggy, ni fu ni fa.