Tal vez esta sea una de las películas más flojas de Charles Chaplin. Un mediometraje sin mensaje, sin drama, creado tan sólo para que nos lo pasemos bien. Es la típica peliculita que ponemos cuando no tenemos suficiente tiempo como para ver un largometraje de hora y media. Y va perfecto.

En estos 50 minutos (aprox.), ves al chaplin -Supongo que es charlot, pero no lleva ni el sombrero ni el bastón- que siempre tienes ganas de ver y que nunca defrauda. Está claro que en cuanto a cortos es superado por El Chico y Vida de Perro, y de largometrajes ya ni hablamos, pero no debe caer en el olvido ésta pequeña joya de la comedia muda.

Una historia con la que llegas a soltar carcajadas; con brillantes escenas cómicas [Puede haber Spoiler pero es muy diferente de cuando lo ves, en estos casos no importa mucho si te lo cuentan] como cuando tiene que dar el sermón haciendo de reverendo, el niño que no para de dar ostias a todo el mundo, el momento de cocinar la tarta o cuando tiene que vigilar a un ladrón que se ha colado en la casa. Todo esto junto es El peregrino, nada más que un cuento sobre un preso que se ha escapado y que hace lo que puede para no volver a la cárcel. Hay muchas películas que van de ésto, pero solo unas pocas llegan a lograr su objetivo, sea hacerte reír, llorar o dejarte pensativo.

No hay mucho que decir sobre fotografía, montaje, decorados, etc.; y la dirección es la suya de siempre, así como el argumento que ya he comentado un poco. Es la tercera parte de la trilogía "The Chaplin Revue" (junto a Vida de Perro y Armas al hombro, donde la mayoría de actores repiten, por cierto) que reeditó el mismo Chaplin en 1959 añadiendo a la película la canción I'm Bound For Texas. También es la última película que hace con First Nacional como distribuidora, más tarde empezaría con United Artists.

Lo mejor yo diría que son los 10-15 minutos en la casa, desternillantes.
Lo peor es que no es tan reconocida como la mayoría del Dios Chaplin.

Y una vez más el genio Chaplin nos regala buenos momentos.