Comparto ampliamente muchos de los conceptos de Vercengitórix (el anterior comentarista), pero quiero rescatar algo que me pareció muy bueno de la película (y que no se encontrará fácilmente ni en el cine ni en las telenovelas de la tres de la tarde): la incomodidad que provoca ver la relación tangencial que existe entre el "Poder y la Sexualidad". Molesta (nos molesta a todos) oír (o ver) que "el amor", muchas veces, no es esa cosa tan pura, que por allí se suele idealizar; sino que es un aspecto más de "la condición humana", donde se enconden muchas cosas oscuras que no se oyen decir ni admitir cotidianamente.
Si bien la película tiene un tinte misógino, temo que no podemos culpar a Buñuel de que exista, tanto la misoginia como las mujeres que "utilizan a hombres mayores" con motivos egoístas y deshonestos. Afortunadamente, yo no me he encontrado en mi vida personal con mujeres así, pero todos sabemos de su existencia... y podríamos citar algunos ejemplos de conocidos nuestros, que sí han pasado por situaciones similares a la del protagonista.
Es una película para reflexionar sobre algunos aspectos oscuros de la naturaleza humana.

Saludos.