Un decrepito Schwarzenegger, se convierte en bombero torero, y nos da una exhibición de ridículos caretos y musculitos anabolizados.

El cachitas es un capitán de bomberos, al cual matan a su mujer y a su hijo en un atentado terrorista, perpetrado por un colombiano muy, pero que muy malote.

Solo cabe una cosa en la cabeza de nuestro héroe ¡LA VENGANZA! Original ¿No?

La película, supuestamente de acción, es un cúmulo de gilipocelleces enormes, en la que destacan los pésimos actores, la aberrante dirección, el paupérrimo guión y la sucesión continuada de tópicos, los cuales te llevan a pensar, con añoranza, en la última chica que te ligaste, hace ya quince años, como pasa el tiempo, más que en la película.

Yo desde estas líneas tengo que mostrar al pueblo americano mi agradecimiento, y hermandad. Gracias a su democracia y a cuatro palurdos que han votado a este trozo de carne, nos hemos librado de tener que soportar al musculitos, que si de joven ya era un actor patético, tenía pinta, que de viejo, además nos iba a pegar el tostón.

¡Gracias California! ¡Gracias América!