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Voto de antipseudo:
5
Drama Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
18 de enero de 2011
103 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica es de esas en las que me voy a llevar palos por un tubo, pero me da igual pues es un aviso para navegantes: Cuidadín, cuidadín con creerse a ojos ciegos el ochazo que tiene en estos momentos en Fa.

Decir que es mala sería una soberana gilipollez, pues mala, mala, no es, ya que tiene un gran poderío visual y una interpretación estupenda (aunque no tanto) de Natalie, que se va a llevar el Oscar de calle este año.

En cambio que se sepa también que es aburrida, incoherente, absurda, tramposa, a veces de terror chino-cutre, y una falta de respeto a la obra de ballet original que da mil vueltas a esta alucinación del mayor consumidor de estupefacientes del cine actual.

Para mi la transformación que va sufriendo la Portman es tan de risa que sobran palabras, empieza siendo un Piolin delicado que se va transformando hasta un irrisorio buitre leonado, o Batman o Braveheart, o el zorro (en este caso la zorra) o un cisne con patas de cabra (que también medio sucede), verdaderamente descojonante dentro del elegante tedio general.

Además, pese a que no niego su gran interpretación, hay momentos que llega a poner del hígado la sucesión de primeros planos de la actriz moviendo las manos en plan ballet, más bien cazando mariposas, sin sacarle, por tema obvio (no debe saber ballet) el resto del cuerpo. Las escenas de cuerpo entero en que se ve claramente que la que baila es otra (o ha engordado 8 kilos y crecido varios cm) a veces roza el esperpento.

La escena lésbica de esas para no perderse, quitando los besos iniciales más o menos sensuales, causa cierto rubor ver a una muchacha entre las piernas de otra partiéndose de risa (quizá le hacia cosquillas el bello púbico en el bigote, lo digo para buscar una explicación medianamente lógica)

Pa colmo el pirado del director tiene, no sé si en serio o en broma, la delicadeza de contarnos la película nada más empezar, espero que sea una broma del amigo, pues si la cosa va en serio, Aronofsky debe pensar que los espectadores somos gilipollas perdidos.

Terminar diciendo que los últimos quince minutos de la peli son tan sumamente ridículos que por poco se me desencaja la mandíbula de la risa, aunque eso si efectistas a tope (si alguien lo duda que vea los quince últimos minutos del ballet original, mil veces más potentes que esta absurdez) aprovechándose de la preciosa música. Finalizando la escena con un pariente coro de los espectadores gritando: ¡Nina! ¡Nina!...Dignos de los ultras más feroces durante un partido Madrid-Barsa.

Pues nada, aunque ni mis amigos estén de acuerdo conmigo, irregular y absurda película donde las haya, con, todo hay que decirlo, alguna escena potente y una buena interpretación de la Portman.

Aprobadillo, pero aprobadillo justito, justito. Yo en esto del ballet prefiero a los hipopótamos de “Fantasía”, aunque reconozco que no están tan buenos como Natalie.
antipseudo
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