Superproducción de la productora Cannon-Globus, que durante los años 70 y 80 llenó las pantallas de títulos de acción bastante mediocres (desde los filmes de Chuck Norris hasta los de Stallone). En esta ocasión se lanzaron al vacío con un producto de casi dos horas de duración, después del recorte de 40 minutos en muchos países, que reunía a un reparto de viejas glorias como Irene Papas, Maximilian Schell y James Mason en su última aparición en el cine.

El polaco Alexander Ramati escribió la novela, el guión y dirigió la película. La historia es real, con aquella acogida de judíos italianos en el monasterio en plena efervescencia del nazismo en Europa que perseguía todos y a cada uno de quienes portaran una estrella de David en el pecho, o simplemente, la llevaran oculta. En este caso, y con más motivo, la busca, captura, y seguramente ejecución, de un físico nuclear.

Resulta bastante dinámica y entretenida y realza y pone en valor a aquellas personas, católicas o no, que se jugaron la vida ayudando a otras personas en un momento tan duro para todos. La película, además, cuenta con una nada despreciable fotografía. Un 6,5.