Se prepara una nueva adaptación de la novela gráfica de James O'Barr, El Cuervo. ¿Es necesaria? No, teniendo en cuenta que la anterior es del no tan lejano 1994 y que contó con hasta tres secuelas que en cierto modo repetían los mismos esquemas. Este primer El Cuervo es la segunda película de Alex Proyas (Dark City, Yo Robot), considerada una obra de culto tanto por sus virtudes artísticas como por el trágico suceso ocurrido en el rodaje. El actor principal, Brandon Lee (1965-1993) -hijo de Bruce Lee-, perdió la vida en una escena en la que es disparado por el actor Michael Massee. Lo que debía ser una bala de fogueo no fue tal.

Esta es la segunda muerte en la familia Lee tras la ocurrida a su padre durante la filmación de Juego con la Muerte (1978). Al igual que en aquella un doble se encargó de acabar las escenas que quedaban por filmar, siendo ayudado por planos digitales del propio Brandon Lee. Qué decir tiene que la película está dedicada a él y su novia Eliza, con quien iba a casarse tras el rodaje.

El argumento de El Cuervo guarda paralelismos con la vida del propio Brandon Lee. Eric Draven (Lee) y su novia (Sofia Sias) mueren días antes de la boda a manos de unos matones. Gracias al poder que otorga un cuervo que trae de vuelta las almas torturadas -como explica la leyenda con la que abre el film-, trae de vuelta a Draven un año después para que tenga la oportunidad de vengarse.

Conozco más de una persona que tiene El Cuervo en un pedestal. Yo siempre he pensado que está algo sobrevalorada y que mucho del halo de culto y de gran obra que posee se debe a lo triste de su filmación. Porque al fin y al cabo, El Cuervo es una cinta de venganzas a lo Charles Bronson con un envoltorio gótico bastante chulo, y un deje romántico bonito. Que no se malinterprete, esto no tiene nada de malo -más bien lo contrario- pero de ahí a ensalzarla tanto...

James O' Barr como creador de El Cuervo estuvo muy influenciado por la música -Bauhaus, The Cure, Joy Division-, posiblemente la razón de que el estudio le diera a Alex Proyas la silla de director debido a su trayectoria en el campo de los vídeos musicales. Su labor como es de esperar es videoclipera, El Cuervo tiene una estética bastante rock, casi siempre con música acompañando las imágenes, muchas de ellas visualmente bastante conseguidas -Draven saltando por las azoteas-. El que busque acción encontrará la justa, un par de escenas bien coreografiadas y encuentros solitarios entre el vengador y sus víctimas.

La banda sonora por cierto -una de las mejores compilaciones rock- incluye temas de The Cure, Rage Against the Machine, Pantera, Helmet, Nine Inch Nails, The Jesus and Mary Chain, Rollins Band, no encontrando en ella nada de la composición de la dramática composición de Graeme Revell, que ocupó un álbum que se vendió por separado.

Otros aspectos a destacar: la interpretación de Brandon Lee -aunque también tiene que ver con lo difícil que es desligar la idea de que el chico no salió vivo del rodaje-y la de Michael Wincott como villano que cae en gracia. Apartados técnicos como la oscura fotografía y la excelente dirección artística.