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Voto de Seldon:
8
7,4
67.681
Ciencia ficción. Drama
Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre... Adaptación del relato ... [+]
27 de noviembre de 2016
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En principio no parece que vaya a haber nada demasiado novedoso en esta película. Al fin y al cabo es una más de ciencia ficción que cuenta el primer contacto.
Entonces ¿qué es lo nuevo de esta película? Pues realmente poca cosa en apariencia, pero la idea que plantea (por debajo del aparente tema del primer contacto) si que no se ha llevado antes al cine (que yo sepa al menos).
Por partes. Empezamos viendo la historia de una profesora universitaria (Amy Adams), experta en lingüística. Una vida que parece más bien tristona, rutinaria y desde luego no demasiado apasionante. Pero un buen día resulta que llegan los extraterrestres. A lo largo del mundo, en localizaciones más bien remotas y alejadas de poblaciones grandes, una docena de naves con forma de lenteja se “posan” en diferentes países. En esto es de agradecer que los guionistas hayan pensado que además de en los USA estaría bien que los aliens aterrizaran en otros lugares, desde los obvios como China o Rusia hasta otros no tanto como Venezuela, Nigeria o Paquistán.
Y nuestra anodina profesora es requerida por la patria para que ayude a descifrar el lenguaje en el que se comunican los extraterrestres, así que la embarcan, junto con un físico –Jeremy Renner- para desplazarse a Montana (donde el OVNI americano ha decidido posarse). Decía que probablemente Contact fuera la película que con más verosimilitud cuenta esto, y este es un ejemplo: probablemente antes de empezar a hablar con los extraterrestres fuera de más utilidad un físico o un matemático que un lingüista (porque al menos la física y las matemáticas las tendríamos en común ambas especias), pero bueno, aquí es necesario para la historia que se quiere contar que sea más importante un lingüista... se le puede perdonar.
La primera mitad de la película tiene un ritmo pausado pero brillante. Casi hipnótico. Se nos van revelando las cosas poco a poco: los extraterrestres –a los que casi no vemos o vemos siempre borrosos- son unas criaturas con forma de pulpo gigante. Se nota la brillantez de Denis Villeneuve, y que este tipo sabe hacer cine, y además de cualquier tema, no solo dramas como Incendies o Prisioneros. Esto me da un poco más de confianza, porque ha sido a él al que le han encargado la segunda parte de Blade Runner... a ver que tal.
Los extraterrestres, a diferencia de los pulpos, tienen siete tentáculos en lugar de ocho, por lo que en la película se les llama heptápodos. Y reciben a los humanos detrás de una especie de cristal, como si estuvieran en una especie de gran acuario, que es donde empiezan a comunicarse. Como los pulpos, expulsan una especie de tinta negra, pero manejan esta tinta a su antojo, y con ella forman unos anillos enrevesados y alambicados, llenos de pequeños de talles: su forma de escritura.
Y realmente toda la primera mitad de la película se centra en descifrar el lenguaje de los heptápodos. O más bien su escritura. En general me gusta el aire de verosimilitud que tiene toda la película. La aproximación a cómo van desentrañando la escritura, o cómo incluso logran hacer una especie de traductor rudimentario. Bueno, probablemente en realidad sería un proceso muchísimo más largo, cuestión de meses o años más que de días, pero se perdona la pequeña licencia.
Porque la trama se precipita debido a las prisas de los militares. Si bien inicialmente quien está al mando es un militar que parece “razonable” (Forest Whitaker), pronto las cosas comienzan a cambiar a mediada que la desconfianza con los gobiernos extranjeros se acrecienta, imaginando lo que pueden estar descubriendo y obteniendo de sus heptápodos...
La historia tiene un giro de guión hacia la mitad... una sorpresa que la verdad es que no resulta tan sorprendente, por lo menos a mi, porque poco a poco te vas dando cuenta de cómo está contada la historia realmente...
Y esta segunda parte de la historia es la que no suele gustar a la gente. No veo muy bien por qué. A mi me ha parecido excelente, aunque tiene sus fallitos (señores guionistas, un “juego de suma cero” es justo lo contrario de lo que se dice en la película)... pero se les perdonan.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/11/la-llegada-palindromos.html
Entonces ¿qué es lo nuevo de esta película? Pues realmente poca cosa en apariencia, pero la idea que plantea (por debajo del aparente tema del primer contacto) si que no se ha llevado antes al cine (que yo sepa al menos).
Por partes. Empezamos viendo la historia de una profesora universitaria (Amy Adams), experta en lingüística. Una vida que parece más bien tristona, rutinaria y desde luego no demasiado apasionante. Pero un buen día resulta que llegan los extraterrestres. A lo largo del mundo, en localizaciones más bien remotas y alejadas de poblaciones grandes, una docena de naves con forma de lenteja se “posan” en diferentes países. En esto es de agradecer que los guionistas hayan pensado que además de en los USA estaría bien que los aliens aterrizaran en otros lugares, desde los obvios como China o Rusia hasta otros no tanto como Venezuela, Nigeria o Paquistán.
Y nuestra anodina profesora es requerida por la patria para que ayude a descifrar el lenguaje en el que se comunican los extraterrestres, así que la embarcan, junto con un físico –Jeremy Renner- para desplazarse a Montana (donde el OVNI americano ha decidido posarse). Decía que probablemente Contact fuera la película que con más verosimilitud cuenta esto, y este es un ejemplo: probablemente antes de empezar a hablar con los extraterrestres fuera de más utilidad un físico o un matemático que un lingüista (porque al menos la física y las matemáticas las tendríamos en común ambas especias), pero bueno, aquí es necesario para la historia que se quiere contar que sea más importante un lingüista... se le puede perdonar.
La primera mitad de la película tiene un ritmo pausado pero brillante. Casi hipnótico. Se nos van revelando las cosas poco a poco: los extraterrestres –a los que casi no vemos o vemos siempre borrosos- son unas criaturas con forma de pulpo gigante. Se nota la brillantez de Denis Villeneuve, y que este tipo sabe hacer cine, y además de cualquier tema, no solo dramas como Incendies o Prisioneros. Esto me da un poco más de confianza, porque ha sido a él al que le han encargado la segunda parte de Blade Runner... a ver que tal.
Los extraterrestres, a diferencia de los pulpos, tienen siete tentáculos en lugar de ocho, por lo que en la película se les llama heptápodos. Y reciben a los humanos detrás de una especie de cristal, como si estuvieran en una especie de gran acuario, que es donde empiezan a comunicarse. Como los pulpos, expulsan una especie de tinta negra, pero manejan esta tinta a su antojo, y con ella forman unos anillos enrevesados y alambicados, llenos de pequeños de talles: su forma de escritura.
Y realmente toda la primera mitad de la película se centra en descifrar el lenguaje de los heptápodos. O más bien su escritura. En general me gusta el aire de verosimilitud que tiene toda la película. La aproximación a cómo van desentrañando la escritura, o cómo incluso logran hacer una especie de traductor rudimentario. Bueno, probablemente en realidad sería un proceso muchísimo más largo, cuestión de meses o años más que de días, pero se perdona la pequeña licencia.
Porque la trama se precipita debido a las prisas de los militares. Si bien inicialmente quien está al mando es un militar que parece “razonable” (Forest Whitaker), pronto las cosas comienzan a cambiar a mediada que la desconfianza con los gobiernos extranjeros se acrecienta, imaginando lo que pueden estar descubriendo y obteniendo de sus heptápodos...
La historia tiene un giro de guión hacia la mitad... una sorpresa que la verdad es que no resulta tan sorprendente, por lo menos a mi, porque poco a poco te vas dando cuenta de cómo está contada la historia realmente...
Y esta segunda parte de la historia es la que no suele gustar a la gente. No veo muy bien por qué. A mi me ha parecido excelente, aunque tiene sus fallitos (señores guionistas, un “juego de suma cero” es justo lo contrario de lo que se dice en la película)... pero se les perdonan.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/11/la-llegada-palindromos.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Primero y fundamental. Esta no es una película de viajes en el tiempo, como la gente parece creer. Pero aunque lo fuera, la esencia de todas las historias de viajes en el tiempo está en las paradojas y a las paradojas por definición, no se les puede buscar lógica, porque precisamente por ser paradojas contravienen la lógica. Otra cosa es que soslayes la paradoja, la rodees de algo que te guste más, no pienses demasiado en ella, o creas haberla comprendido... pero todas las películas desde El final de la cuenta atrás hasta Interestelar pasando por Regreso al Futuro o Terminator tienen paradojas. Y ninguna tiene lógica. O mejor dicho sólo tienen una lógica interna que funciona, pero que no es a la que estamos acostumbrados en el “mundo real”.
La película juega con dos ideas (con dos teorías reales), que no son del todo novedosas en la ciencia ficción.
Una es la hipótesis de Salir-Whorf que viene a decir que el mundo que nos rodea determina nuestro lenguaje (¿habéis oído aquello de que los esquimales, como viven rodeados de hielo tiene decenas de palabras distintas para “hielo”, mientras que nosotros sólo tenemos una?), pero también al revés que el lenguaje que hablamos cambia en nuestra mente la manera que tenemos de ver el mundo: si lográsemos dominar el lenguaje de los esquimales acabaríamos nuestra mente cambiaría y acabaríamos distinguiendo docenas de variedades de hielo.
La segunda idea es más rara en la ciencia ficción, pero también se ha tratado. Es la diferencia entre la escuela de pensamiento “presentista” (en cierto momento algunas cosas existen y otras no) y la escuela del “eternalismo” (el tiempo es una dimensión de la realidad enlazada con las tres dimensiones espaciales, y por lo tanto que todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, han de considerarse tan verdaderas como las cosas presentes.) Eso si hablamos de filosofía, pero si hablamos de ciencia, hay una teoría llamada “perdurantista” que viene a decir que para que el tiempo es sólo una ilusión que nos creamos los humanos, que para que exista la realidad en el tiempo ha de hacerlo como una realidad en continuo cambio, y que si consideramos la realidad como un todo lo que vemos en realidad es un conglomerado de todas sus “fotos fijas” o partes temporales o lapsos de existencia.
Combina estas dos ideas, y tienes el tema de la película. Y eso es precisamente lo original de la mismas:
Los heptápodos tienen una percepción del tiempo distinta de la nuestra. Todo lo que para nosotros ha sido, es o será, para ellos simplemente “es”. Ven todas las partes del tiempo a la vez. Ojo ¡no es que viajen por el tiempo! Simplemente ven el pasado o el futuro como nosotros podemos ver a derecha o izquierda, a delante o atrás sin necesidad de movernos hasta allí. Esta visión del mundo ha condiciona su lenguaje. Su idioma no expresa un sucesión de ideas como una sucesión de sonidos. En su lugar de una vez expresa toda una frase compleja. Su escritura no trata de traducir una sucesión de sonidos: un solo símbolo expresa ideas conceptos y frases complejas.
Y cuando el personaje de Amy Adams logra aprender la lengua de los heptápodos, su mente se altera y empieza a percibir el mundo como lo hacen los heptápodos, es decir empieza a percibir el tiempo no como algo lineal, sino como un todo, tal como lo hacen ellos. Ella no viaja en el tiempo a que el general chino le revele las últimas palabras de su mujer. No; simplemente es capaz de ver todos los acontecimientos a la vez incluido ese.
Y una de las cosas más brillantes de la película es que no está contada tampoco linealmente... lo que se nos cuenta al principio no es el principio... no ha ocurrido todavía.
Tampoco los que dicen que a pesar de que la protagonista sabe todo lo que va a pasar, aún así elige vivirlo... Mas bien es un drama porque no tiene otra opción más que vivirlo... El tiempo es el que es, los acontecimientos son los que son, y no puede cambiarlos, existen todos a la vez.
La película juega con dos ideas (con dos teorías reales), que no son del todo novedosas en la ciencia ficción.
Una es la hipótesis de Salir-Whorf que viene a decir que el mundo que nos rodea determina nuestro lenguaje (¿habéis oído aquello de que los esquimales, como viven rodeados de hielo tiene decenas de palabras distintas para “hielo”, mientras que nosotros sólo tenemos una?), pero también al revés que el lenguaje que hablamos cambia en nuestra mente la manera que tenemos de ver el mundo: si lográsemos dominar el lenguaje de los esquimales acabaríamos nuestra mente cambiaría y acabaríamos distinguiendo docenas de variedades de hielo.
La segunda idea es más rara en la ciencia ficción, pero también se ha tratado. Es la diferencia entre la escuela de pensamiento “presentista” (en cierto momento algunas cosas existen y otras no) y la escuela del “eternalismo” (el tiempo es una dimensión de la realidad enlazada con las tres dimensiones espaciales, y por lo tanto que todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, han de considerarse tan verdaderas como las cosas presentes.) Eso si hablamos de filosofía, pero si hablamos de ciencia, hay una teoría llamada “perdurantista” que viene a decir que para que el tiempo es sólo una ilusión que nos creamos los humanos, que para que exista la realidad en el tiempo ha de hacerlo como una realidad en continuo cambio, y que si consideramos la realidad como un todo lo que vemos en realidad es un conglomerado de todas sus “fotos fijas” o partes temporales o lapsos de existencia.
Combina estas dos ideas, y tienes el tema de la película. Y eso es precisamente lo original de la mismas:
Los heptápodos tienen una percepción del tiempo distinta de la nuestra. Todo lo que para nosotros ha sido, es o será, para ellos simplemente “es”. Ven todas las partes del tiempo a la vez. Ojo ¡no es que viajen por el tiempo! Simplemente ven el pasado o el futuro como nosotros podemos ver a derecha o izquierda, a delante o atrás sin necesidad de movernos hasta allí. Esta visión del mundo ha condiciona su lenguaje. Su idioma no expresa un sucesión de ideas como una sucesión de sonidos. En su lugar de una vez expresa toda una frase compleja. Su escritura no trata de traducir una sucesión de sonidos: un solo símbolo expresa ideas conceptos y frases complejas.
Y cuando el personaje de Amy Adams logra aprender la lengua de los heptápodos, su mente se altera y empieza a percibir el mundo como lo hacen los heptápodos, es decir empieza a percibir el tiempo no como algo lineal, sino como un todo, tal como lo hacen ellos. Ella no viaja en el tiempo a que el general chino le revele las últimas palabras de su mujer. No; simplemente es capaz de ver todos los acontecimientos a la vez incluido ese.
Y una de las cosas más brillantes de la película es que no está contada tampoco linealmente... lo que se nos cuenta al principio no es el principio... no ha ocurrido todavía.
Tampoco los que dicen que a pesar de que la protagonista sabe todo lo que va a pasar, aún así elige vivirlo... Mas bien es un drama porque no tiene otra opción más que vivirlo... El tiempo es el que es, los acontecimientos son los que son, y no puede cambiarlos, existen todos a la vez.