A Spike Lee le bastó un sólo día de tiempo de ficción para montar esta película. Da la sensación de que en ese lapso de tiempo, pasan pocas cosas, aunque la película mantiene una intensidad alta durante la mayor parte del metraje.

Monty (Norton) mantiene una dura pugna psicológica consigo mismo, de la que brota un sentimiento de culpabilidad ligado a un pánico que se apodera de él por su inminente ingreso en prisión. Esta pugna es la que le da vida a la cinta.

El valor de la amistad está muy presente en "La última noche". Los personajes se muestran tal y como son. Esconden pocas cosas. Aunque sus historias paralelas quedan algo inconclusas. Y eso decepciona. También encontramos incertidumbre en el argumento. Parece ser que alguien ha traicionado a Monty, y en mi opinión la respuesta a esta duda se resuelve precipitadamente y parece no dejarnos satisfechos.

Concluyendo diría que la figura de Edward Norton siempre brilla, aunque esta vez nos acompaña en una historia que desprende el sabor de un buen plato, mal condimentado.