Creo que añadir algo nuevo que sorprenda a la gente sobre Tom Cruise después de cuatro décadas de vida en el mundo del cine o sobre esta saga que lleva liderando desde aquella primera entrega en el ya cada vez más lejano año 1996 es como vender hielos en el desierto. Sin embargo, si Tom Cruise ha llegado a ser una de las grandes leyendas del cine moderno, y de las últimas de la vieja escuela, es porque siempre quiere no dormirse en los laureles y dar al espectador el mejor producto posible, especialmente si hablamos de Misión imposible.

Creo que esta saga, independientemente de que te guste más o menos, es digna de estudiarse en las escuelas de cine y analizarla porque es para quitarse el sombrero que después de siete entregas aún siga atrayendo gente a las salas de cine a mansalva, seguramente en parte porque saben que Cruise cuenta con un porcentaje de posibilidades de calidad en sus largometrajes bastante alto y es una vía en extinción como estrella de cine a la antigua usanza...pero hoy no.

Esta séptima aventura de Ethan Hunt y compañía trae a coalición una tecnología que trae de cabeza especialmente en estos días como es la inteligencia artificial. Una tecnología que, por supuesto, en esta saga significa un peligro mortal para la humanidad si cae en malas manos y esa tensión por evitarlo será la trama sobre la que gira el filme. Un filme que tiene como uno de los pocos puntos flacos una duración que se hace un poco pesada pues en su afán de ir a por el más difícil todavía alarga secuencias y tramos de acción que llegan a empachar; la contradicción está en que a pesar de eso, lo que se ve en la pantalla desde luego que es espectacular como la secuencia del tren, así que lo comido por lo servido.

En el resto, poco hay que objetar. La combinación Christopher McQuarrie/Tom Cruise junto a ingredientes claves como un reparto de caras conocidas y fiables como Simon Pegg, Ving Rhames o Rebecca Ferguson junto a fichajes que entran de pie como Hayley Atwell, Pom Klementieff o Esai Morales más el regreso de Henry Czerny que no aparecía desde el filme de Brian De Palma en un rol importante son parte indispensable del éxito de la película. Además de las esperadas secuencias de acción que no decepcionan y en pantalla grande ganan enteros como la persecución por Roma o la mencionada secuencia del tren , una banda sonora obra de Lorne Balfe que acompaña a las secuencias de manera sólida, aunque a veces se pueda adivinar que puede pasar por el estilo de la canción que esté sonando y alguna que otra secuencia de puro diálogo donde la tensión se puede cortar con un cuchillo bien ejecutada por tener a un buen director y a un notable elenco.

Mención aparte para un elemento del que no recuerdo que estuviera tan presente en las entregas anteriores como es el humor que aquí hace acto de presencia en más de una secuencia y le añade un poco de alivio entre tanta tensión. Creo que solamente en alguna parte del tramo en Roma puede hacerse algo repetitivo, si bien no es especialmente clamoroso.

Cierto es que es un puzzle a medio hacer pues queda por venir la segunda parte que permitirá ver todo el entramado. Habrá que esperar a que las huelgas de guionistas y de actores en los Estados Unidos lleguen a su fin para que culminen el rodaje, mas estoy 99,9% convencido de que la parte dos, si decide aceptarla, no va a caer en saco roto y hará disfrutar a los millones de espectadores de todo el mundo como servidor.