Hubo un tiempo donde Tony Scott y Denzel Washington eran uña y carne. Durante la carrera de Washington, él y el hermano de Ridley trabajaron cinco veces, y, en mi opinión, son 'Marea roja' y la película que nos ocupa sus mejores colaboraciones. Y con esta, si no lo demostró ya que para mí sí, el realizador ya fallecido probó que era no solo el 'hermano de', sino un director más que competente.

'El fuego de la venganza' puede parecer, para quienes no sepan nada de ella, una película de acción cualquiera donde Denzel hace de llanero solitario. Error, esta no es una cinta de acción cualquiera. Y ahora que me he refrescado la memoria revisándolo hoy soy plenamente consciente de que no lo es.

Hay veces donde un filme promete mucho y termina no siendo nada; esta sí que promete lo que da. El guion de Brian Helgeland ('L.A. Confidential', 'Mystic river') cuece a ritmo lento, pero siempre elevando el interés; la relación casi fraternal que se construye entre los personajes de Washington y la soberbia Dakota Fanning (la mejor actriz de todo el reparto y solo tenía 9 años en el momento del rodaje) es bastante tierna y ayuda a comprender porque luego Washington se convierte en el facilitador de las reuniones con Dios. Me encanta la idea de que una niña pueda salvar el alma de una persona desencantada con la vida.

Cuando se desencadenan los acontecimientos el largometraje es igual de delicioso. Seguramente le sobren algunos momentos de transición efectistas que pretenden elevar el tono de la narración, pero cuando John W. Creasy se pone manos a la obra es, como dice Christopher Walken en un momento del filme, un artista y sin necesidad de mostrar escenas sangrientas.

'El fuego de la venganza' juega a ser drama y acción y le sale bastante bien ambas facetas. Una de esas cintas de acción que trascienden su género y son más que un simple entretenimiento.