Adaptación del libro 'Por un puñado de cerezas', escrito por la misma persona que protagoniza esta película, Edmond Vidal. Vidal es un gitano que durante años se codeo con los bajos fondos franceses hasta que decidió enderezarse con su familia. No conozco el libro en cuestión, así que realmente no puedo opinar de que si la película le hace justicia al libro. Donde sí puedo opinar, que de esto va este texto, es sobre el filme en sí y tengo que darle mi beneplácito, sin lanzar tampoco vítores ni hurras.

'Les Lyonnais' es un trabajo bien ejecutado por Olivier Marchal tanto en su vertiente dramática como en su vertiente con acción y tiros. Vidal (interpretado por Gérard Lanvin) nos lleva por su presente y su pasado en una vida donde tendrá sus buenos momentos y sus malos momentos, y viendo la vida que llevaba de esos hay bastantes. Eso sí, no era tonto y sabía de que iba la película, nunca mejor dicho, y es algo de lo que se verá durante todo el metraje donde usa más el cerebro que sus compinches y, además, tiene un fuerte sentido de la lealtad y la honradez, a su manera.

En lo que respecta al largometraje en sí, sabe mantener el ritmo entre los tramos más reflexivos y dramáticos y entre los más movidos donde hay espacio para tiroteos. Aún así, su narración va recordando a cintas como 'El padrino' y secuelas por exponer su punto de vista sobre la delincuencia y por las ansias de redención del protagonista, quizás el único hombre medio decente que habitaba entre toda esa gente. 'Les Lyonnais' no pasará a la historia como de lo mejor de la historia del cine francés o de su género; sí que cumple con holgura en el objetivo de entretener y exponer la historia que pretende narrar, así que en ese aspecto el objetivo está cumplido.