Cuando uno tiene en alta estima el talento y la trayectoria de gente como Brad Pitt y Anthony Hopkins, de quienes intento ver todo lo que lleven su cara o su nombre en el cartel, y cuenta con nombres como Julia Ormond o Aidan Quinn, más el nombre de Edward Zwick ('El último samurái', 'Estado de sitio', 'Diamante de sangre') en la dirección no hay duda de que merece el beneficio de la duda, aún cuando el tufo a culebrón tira para atrás y hay que abrir las ventanas para airear.

Con todo ese tufo a telenovela, cuando hablamos de los hombres ya mencionados es tremendamente complicado que salga mal, pues tendrían que juntarse los astros para que tanto talento se desperdiciara, y aquí no pasa, para bien mío y para cualquiera que le gustase la cinta.

Se podía esperar notables interpretaciones de sus protagonistas, práctica que cumple la teoría. No se sorprenderán cuando diga el papel que se marca Anthony Hopkins como el patriarca de la familia, de carácter, pero buena persona y buen padre; su interpretación va más allá desde que su personaje, el coronel William Ludlow, sufre cierta enfermedad; su forma tan creíble de transmitirlo es lo que hace que estemos ante el mejor miembro del elenco. Donde sí se sorprenderán es que, siempre en mi humilde opinión, quien no le va a la zaga es Aidan Quinn. Aún teniendo al lado la presencia cada vez más de moda de Brad Pitt (recuerdo que solo habían pasado tres años desde su salto a la fama con 'Thelma & Louise' y aún no había rodado 'Seven' o '12 monos, las cuales estrenaría al año siguiente), el actor de 'La misión' cuenta con un personaje al que le saca todo el jugo y cuenta con algunos grandes momentos del filme como un diálogo con el personaje de Pitt frente a una tumba o en el tramo final donde su personaje deja de vivir a la sombra de los demás y se reivindica.

Sin querer menospreciar a los demás, ellos tres son quienes más hacen subir el nivel. Julia Ormond está bella y realiza un buen trabajo, aunque está algo lastrada por su personaje quien no tiene muchos registros más allá de amor y lloros.

Méritos actorales aparte, tenemos el combo Edward Zwick/James Horner/John Toll que son los elementos resultantes para el resultado más que bueno. Zwick con su dirección de actores y pulso firme en las secuencias de más acción, Horner con una composición para quitarse el sombrero -James Horner haciendo una gran banda sonora, no se podía saber- y John Toll aportando belleza y melancolía a ese paisaje montañoso tan bello a veces y solitario, además de los inicios de la ciudad, son personas clave para entender el porqué 'leyendas de pasión' no es solamente un culebrón, sino un culebrón del bueno. De esos que puede atraer hasta los más reacios al dramón.