Más vale tarde que nunca. Ha tenido que ser hoy, 10 de septiembre de 2020, cuando me he adentrado por fin en la filmografía como realizador del ya fallecido Dennis Hopper a quien ya conocía de sobra delante de las cámaras, pero no detrás de ellas.

Mi primer vistazo al Hopper director no ha sido con su película más mítica que es 'Easy Rider (Buscando mi destino)', sino con 'Colors (Colores de guerra)', protagonizado por dos monstruos de la interpretación de las últimas décadas como son Robert Duvall y Sean Penn y la experiencia ha sido satisfactoria, si bien no es un relato que entre fácil.

¿A qué me refiero con ésto? Pues que es una película en la que aparentemente no pasa nada, aunque sí pasa y mucho. Lo que pasa es que se toma su tiempo y no usa escenas espectaculares ni dilemas morales, cuenta los hechos con algo de fuegos de artificio para digerir mejor el visionado y poco más. Mayormente es una cinta de lucimiento de actores, sobre todo de los protagonistas Duvall y Penn quienes llevan el peso de la narración sin inmutarse, que para algo son Robert Duvall y Sean Penn; eso sí, se nota que Duvall es de los dos, al igual que en la cinta, el más experimentado y a Penn aún le quedaba por madurar, me quedo con la interpretación de 'Bobby' Duvall; más contenida y poderosa a su vez.

No quiere decir esto que la historia no merezca la pena, ya que es un relato crudo y sin edulcorar de los bajos fondos de Los Ángeles en los 80. Hopper saca a la luz la parte menos glamurosa de la soleada ciudad donde las pandillas y los tiroteos son tan normales como ir a comprar y, aunque le falta un poco más de fuerza, es un relato convincente de lo que supone ese micro universo.

A falta de ver más cintas, me quedo con la elegante dirección de Dennis Hopper que no opta por grandes secuencias, sino por un tono práctico y su dirección de actores. Todos, en mayor o menor medida, no me han parecido que desentonasen, ayuda que él también era actor, es evidente. Aprobado sobrado para este largometraje.