Siempre me quedó a deber este segundo largometraje en acción real de la pareja de agentes secretos más famosa del cómic español, quizás por las malas críticas que cosechó en el momento del estreno o falta de ganas o una mezcla de ambas; demasiados años han pasado para que recuerde los motivos.

Una década y media después de que saliese a la luz ha caído finalmente y, ante mi sorpresa, tengo que decir que ni es un crimen contra el arte y el buen gusto; pero tampoco llega a cotas de excelencia. Ni siquiera a igualar a las películas dirigidas por Javier Fesser.

Lo primero que entra por los ojos es ver a Edu Soto como reemplazo de Benito Pocino y esto es de lo más lamentable del filme. No dudo que Edu Soto habrá puesto todo su empeño para hacer justicia a un personaje histórico de los cómics españoles, mas no me cabe duda de que Pocino le cogió mejor la medida al espía burricalvo por tener una chispa y una gracia natural que Soto no tiene en este papel. En el resto del reparto principal no tengo reparos ya que repiten muchos del filme de 2003 y en aquel entonces ya demostraron ser buenas elecciones. Sobre los nuevos, ciertamente podrían haber sacado mejores elecciones; Carlos Santos y Alex O'Dogherty no son malos actores, pero me parecieron desentonar en todo momento, como si no le hubiesen cogido la medida a sus personajes.

Esta segunda parte (y, hasta ahora, última adaptación con actores de carne y hueso) no es mejor que ninguna de las dirigidas por Fesser, aunque quedé gratamente sorprendido cuando he encontrado muchos elementos comunes de los cómics de Ibáñez como nombres paródicos de sitios, periódicos anunciando noticias chorras, la persecución a Mortadelo y Filemón cuando meten la pata o los insultos con chispa que el ya tristemente fallecido Ibáñez solía dejar en las viñetas. Además de coger como referencia la aventura de 'El caso del bacalao' que tiene su aquel. Eso sí, referencias aparte, carece de secuencias destacables y consigue mantener el tipo con lo justo y necesario siendo una historia pegada a los cómics, pero con poca inventiva.

No es cumbre del cine español (jodidos estaríamos si fuera así) ni es la mejor de las aventuras cinematográficas de estos dos animales de bellota en acción real. Aún con todo, tenía fama de ser peor que tragarse una maratón de la teletienda y no creo que los involucrados merezcan la horca; no estado muy lejos tampoco.