Todo el mundo tiene un comienzo, y Tom Cruise no iba a ser menos. Antes de Ethan Hunt, Nathan Algren, Lestat o Pete 'Maverick' Mitchell hubo un tiempo que tenía que abrirse camino y llegó este personaje de Joel Goodson que ahora parece poca cosa visto como evolucionó su carrera, aunque si ahora es uno de los grandes de Hollywood es por personajes como él y su papel de salvaje niño pijo.

A simple vista, 'Risky Business' puede parecer una típica cinta de adolescentes con la hormonas en erupción (y, en parte lo es), si se le da la oportunidad se verá no solo una comedia decente, también un guion que no solo busca la risa sino involucrarse con las desventuras del 'prota'. A la chita callando, es un filme que no deja descansar al espectador y cuando ya ha finalizado deja una sensación de "pues no está tan mal".

Buena parte del mérito se le puede atribuir a Tom Cruise quien en su quinta película (quinta película y ya protagonista principal, ojo al dato) ya daba signos de en lo que se acabaría convirtiendo clavando el papel tanto en la faceta de niño rico como en su faceta gamberra. Tenemos también a Rebecca De Mornay que está espléndida, en todos los sentidos, y otros nombres como Bronson Pinchot y a un Joe Pantoliano que aquí interpreta convincentemente a un cabronazo. Tangerine Dream con su banda sonora que parece conjuntar como un guante pone también su parte.

Solo una oportunidad necesita para convencer a la gente de que no estamos ante una más de adolescentes deseosos de llevarse a una mujer a la cama, es también un retrato de la presión de la juventud cuando decide que hacer con su vida adulta, un poco de romance, otro poco de drama ligero y tenemos una decente película que también sirve para saciar la curiosidad cinéfila de ver como era Tom Cruise antes de ser la mega estrella del cine y amasar millones y millones y millones de dólares.