Shane Black antes de sentarse por primera vez en la silla de director era conocido por ser guionista con mala baba y con mucho ingenio si recordáramos algunos diálogos de algunas de sus películas, la quadrilogía de ‘Arma Letal’, ‘El último Boy Scout’ o ‘El último gran héroe’. Y también le recordamos de verle frente a las cámaras como el soldado de fortuna Hawkins en ‘Depredador’. Y siempre que alguien debuta en la silla que todo lo mueve hay expectación, sobre todo si has parido los guiones de algunos de los films más recordados –que no intrínsecamente buenos, aunque en este caso los films citados lo son- de acción de los 80 y 90.

Y lo hacía de manos de dos actores que en la época donde se realizaba el film estaban en el principio de cambiarse sus papeles. Robert Downey Jr era el que había salido del infierno y buscaba volver a ser el que una vez fue y Val Kilmer era el que había encauzado su carrera por títulos aceptables sin haber conocido aún su decadencia como actor, que a fecha de hoy aún sufre en sus carnes con productos de videoclub –hoy en día vistos como lugares míticos y lejos de sus épocas de mayor esplendor-. ¿Volvería Robert Downey Jr a reconstruir su carrera? ¿Sería el debut de Shane Black el principio de algo más o solo el principio del fin? Preguntas que el tiempo ha contestado de sobra, y que empezaron a ser respondidas con esta obra.

Después del visionado de ‘Kiss kiss bang bang’ hay que apuntar unas cuantas cosas: el talento de Robert Downey Jr seguía intacto porque se muestra convincente en su papel de ladrón que conocerá accidentalmente estar en el otro lado de la ley y el actor seguía en su proceso de redención sin conocerse ningún problema en este rodaje, lo que para él es un doble triunfo (y así sigue siendo hasta el día que escribo estas parrafadas) y, en general, el trabajo actoral es lo justo y necesario para una peli de este tipo donde tampoco se pide emocionar al público sino hacerlo lo mejor posible.

Y gran parte de culpa del firme trabajo de los intérpretes recae en el hombre que lidera este comentario. No solo Shane Black sigue con sus dosis de mala baba (con algunos comentarios cachondos sobre el mundillo del cine, una técnica de moda gracias a una película actual cuyo nombre suena fuerte en todos los premios) y diálogos ingeniosos que son marca de la casa, sino que cuando dirige es también un correcto director de actores.

‘Kiss kiss bang bang’ quedará para la historia como un trabajo donde descubrimos un digno sucesor de los directores de acción de los años 80 y 90 como John McTiernan, Richard Donner, Michael Mann o Tony Scott. Bien es cierto que lo mostrado hasta ahora –aún teniendo en cuenta la notable, para un servidor, ‘Iron Man 3’- no sirve para que pueda mirar cara a cara a estos gigantes del género que ayudaron a construir algunas obras inolvidables del cine de acción. Pero algo es algo.

También sirve para comprobar que el ahora archimillonario y archicarismático redimido actor Robert Downey Jr se estaba tomando en serio su vuelta a la cumbre de su Everest particular y también para deleitarse la vista con Michelle Monaghan que aquí lleva algunos vestuarios que serían capaz de curar el hipo hasta el hombre que en un episodio de la mejor época de ‘Los simpson’ sufría hipo sin fin.

Nota real: 6.5