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Voto de Michael Myers:
6
Terror Damien Thorn (Sam Neill), de 32 años, es un ser cruel, frío y calculador que ha sido engendrado por el diablo y cuyo único objetivo es dominar el mundo. Con tal de conseguir sus propósitos está dispuesto a matara todo el que se cruce en su camino. Sólo un abnegado sacerdote (Brazzi), cuya misión es destruir al Anticristo y que tiene en su poder las siete dagas sagradas de Megiddo, se interpone entre Damien y su deseo de sembrar el caos ... [+]
8 de marzo de 2021
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La historia de Damien Thorn quedaba aún por concluir después del desenlace de la entrega anterior donde se culminaba el siguiente paso para la dominación mundial del ahora ya adulto Damien. Del final con el Anticristo en su adolescencia llegamos por la magia del cine directamente a la etapa adulta, aún con bastantes enemigos a sus espaldas para no someter a todo el planeta Tierra bajo las fuerzas de Satanás, cosas triviales.

El futuro Dr. Alan Grant interpreta en uno de sus primeros papeles cinematográficos relevantes al icónico personaje diabólico de 'La profecía', con la curiosidad de que también será nombrado aquí embajador, como lo fue su padre en el filme de 1976 dirigido por Richard Donner. Un Richard Donner que volvía como productor ejecutivo, si bien no ha significado que esta sea una secuela mejor que el largometraje que protagonizaron William Holden y Lee Grant en 1978.

Personalmente, pondría a Sam Neill como el segundo mejor actor que da vida a Damien tras Harvey Stephens. Ya se notaba aquí el notable actor que terminaría siendo y que aparecería en producciones inolvidables como 'Calma total', 'La caza del octubre rojo', 'Parque Jurásico' o 'El piano'; tampoco realiza una interpretación excepcional (ya hubiese sido conocido por este papel y no creo equivocarme cuando digo que se le empieza a conocer en realidad a finales de los 80), simplemente hace lo que tiene que hacer. Una interpretación sin fisuras que mejora al irregular Jonathan Scott-Taylor como el Damien en la pubertad.

Lejos de él, la cinta no es más que la continuación del estilo ya habitual en esta trilogía, gente que tiene una cita con la muerte si se atreven a poner en peligro los planes del enviado del Diablo. A Sam Neill se le une un grupo de personas que buscarán que el protagonista deje de respirar a la fuerza mediante el uso de las dagas que ya aparecieron en la cinta original; aunque no destacaría como notables a ninguno de los personajes que acompañan al demonio sin cuernos. Ponen su presencia, hacen lo que tienen que hacer y ya.

Se mantiene en común con el primer filme la partitura de Jerry Goldsmith que, una vez más, realiza un trabajo digno de su reputación, usando esta vez otro tipo de pasajes desviándose del estilo de las dos primeras, aunque bueno igualmente. El compositor consigue aportar homogeneidad entre tanto cambio de director y actores y con su música ayuda a levantar la trilogía, especialmente la segunda y tercera que en peores manos habría sido un golpe letal a la salud de estas producciones.

Y como dice tanto el título en inglés como en español, este fue el final...en realidad no, pero esa es otra historia para cuando tenga ganas de ver la 4ª parte que pintaza no es que tenga.

5.5
Michael Myers
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