Si bien me gustó en términos generales, en cierto punto del "show" el recurso narrativo se me volvió denso y aburrido, provocando que el desenlace se me hiciera eterno.
Reconozco una soberbia parte técnica, tanto como la musical e histriónica maestría de Burnham para moverse frente a cámara, pero llegado un punto se desgasta bastante y no alcanza para mantener un buen ritmo e interés por la trama. A su vez el eje de la crítica, corrosiva sí, está bien, intenta salirse de los parámetros políticamente correctos pero se quedan ahí, en el llano y logra, eso sí, hacerte empatizar con el comediante. Por otra parte lo considero un buen filme experimental, cuidado, bien pensado y original, pero no por ello lo considero una obra maestra, está muy lejos.