Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antistenes:
2
Thriller. Drama Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años huérfano de padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2018
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Yorgos Lanthimos es siempre recomendable. Porque nos irrita, nos molesta, nos atraviesa y nos mete una bofetada lo suficientemente fuerte para volver a abrir los ojos y ensanchar nuestra mente. Y eso siempre es bueno.” Así se extasía uno de los que aportan su crítica en la página. Y digo yo que las bofetadas como método despertador estarán bien para los borrachos o para los que llevan toda su vida atontados, pero para la gente que estamos ya despiertos y no tenemos que rendir pleitesía a los santones de lo que hoy día pasa por cultura, resulta más eficaz que nos hagan alguna caricia si quieren ganarse nuestro respeto. Para masoquismo, bastante hemos tenido con el que nos impuso medio siglo de cristianismo obligatorio.
Por resumir, la película es una mierda, con perdón. Para ocultarlo el trapacero del director ya se cuida de copiar un poco a Kubrick, otro poco a Lynch, incluso a Pasolini o a Buñuel, como dicen los turiferarios de los medios; y así va engatusando a los devotos de Godard y otros fantoches. Luego, para darle un toque profundo al monigote, se añaden unas gotas de musiquita coral de Bach y Schubert y unas cuantas frases copiadas directamente de los trágicos griegos –otro día que tenga más ganas buscaré la cita completa– que suenan muy naturales en boca de una analfabeta yanqui. Es lo que se llama ponerse plumas ajenas cuando uno va hecho un harapiento. Y técnicamente planos soporíferos, decorados llenos de plasticurri para aparentar sobriedad, gran angular en abundancia, venga o no a cuento, travellings a porrillo para escenas anodinas, afeamientos de la Kidman, y de remate la barba del Farrell que le sienta como a un cristo dos pistolas.
Con todo ello, a dejar que el pagano de turno, incapaz de admitir que la película es lo señalado arriba –y que es lo que piensa cualquier espectador medianamente lúcido–, se pregunte en cambio si está ante una parábola de la cruel sociedad capitalista, ante una dramatización trágica de la “diké” cósmica, ante una mala adaptación de un cuento borgesiano, o ante qué.
Ante nada, no le deis más vueltas, ante la desfachatez del director secundada por el papanatismo de los pagafantas.
El 2 es por la interpretación del chaval, que borda un personaje odioso que se va de rositas -como la diosa Diké, despiadada e inhumana-, lo que no es frecuente en el cine buenista de hoy día.
antistenes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow