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Voto de antistenes:
2
Fantástico. Terror. Thriller David, un joven que padecía una extraña variante de la esquizofrenia, ha aparecido muerto en su bañera de forma terrible. Se sentía perseguido y amenazado por una presencia que era incapaz de definir. Todo coherente con su enfermedad. Su psiquiatra, el doctor Friedhoff, consciente de sus escasos progresos, decidió someterle a una novedosa e inusual terapia: que se grabase en vídeo, él mismo, durante una semana. Siete días de su vida ... [+]
23 de septiembre de 2017
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un bodrio que se arrastra pesadamente, con la odiosa técnica de Rec, copia nacional de aquella basura de la bruja de Blair, aburriendo hasta a las berzas. Una muestra más de la incompetencia técnica de muchos directores actuales que, incapaces de narrar adecuadamente una historia de manera inteligible, se excusan con que ellos y sus palmeros, al conocer ya la "historia", son capaces de entender unas imágenes que, para el que las ve por primera vez en la pantalla, no tienen pies ni cabeza. La palma en esta estafa se la llevan esas escenas de noche de algunas películas de acción en las que durante segundos no se ve absolutamente nada en la pantalla, pero se supone que se nos está narrando algo. El cine decente debe ser capaz de hacer inteligibles las escenas sólo con lo que se muestra en la pantalla, y no teniendo que recurrir después a las explicaciones verbales que se van intercalando y se aglutinan al final, como es el caso de esa película.
Entre tanto se van mezclando cositas, recursos baratos de otros filmes, como "El silencio de los corderos", los timos para adolescentes de la serie de "Paranormal Activity", los sustos para niños de los "Poltergeist", o la citada "Rec", para darle algo de sustancia a una historia simple y trillada. Y para vender la burra como película seria de misterio se la va salpicando de todas esas morrallas de parapsicología (sicofonías, telequinesia, orbes -esas imágenes fantasmales que supuestamente aparecen en las fotografías-, seres invisibles, posesiones, mensajes de los muertos) y todo el catálogo de la feria de las tonterías con que suplir la falta de ideas y un argumento sólido.
Al final se intenta salvar algo y se sueltan en off cuatro banalidades seudo místicas que no aclaran nada, pero dejan abierta la puerta a una secuela que siempre encontrará algún pagano despistado que la financie.
Lo único apreciable, además de las interpretaciones excelentes de los dos protagonistas y algunas vistas de Nueva York muy bien elegidas, es la técnica de falso documental. Yo la detesto, pero reconozco la dificultad que tiene que suponer planificar la película con ese tipo de enfoque. Siempre me ha parecido un esfuerzo excesivo y banal, algo como hacer la torre Eiffel con palillos, muy apreciable en jubilados y amas de casa aburridas, pero que no puede pretender ser una obra de arte magistral, o relevante de algún modo. Pero que al director de fotografía esa técnica le suponga un trabajo ímprobo, no le da valor artístico a la obra en absoluto.
antistenes
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